
Desde inicios de la década del 2000, los expertos en educación se han interesado en el sistema educativo de Finlandia. Este sistema no solo ha logrado que sus estudiantes obtengan altos resultados en la prueba PISA, sino que además lo han logrado con un sistema que desafió muchas de las creencias sobre cómo debería ser un sistema educativo.
Resumen
El sistema educativo en Finlandia ha logrado alcanzar niveles altos en la prueba PISA a partir del año 2001.
Este sistema se caracteriza por tener pocas horas lectivas y pocas evaluaciones con notas; sin embargo, se requiere profesores altamente calificados.
Recientemente, Finlandia ha perdido los primeros puestos en la prueba PISA. Algunos investigadores han señalado que este declive se debe, justamente, a este sistema más libre de educación, en combinación con un cambio cultural que no beneficia la dedicación de los jóvenes a los estudios.
A pesar de ello, aún es posible extraer lecciones importantes de la experiencia finlandesa. Por ejemplo, se evidencia que el éxito de este sistema esta relacionado de manera directa con la preparación de los profesores. Sin embargo, es necesario hacer más estudios.
¿Qué es la prueba PISA y cuál es el rendimiento de Finlandia?
Según la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD), la prueba PISA (Programme for International Student Assessment) es un cuestionario internacional que evalúa los sistemas educativos de los países. Este cuestionario se toma cada tres años a los estudiantes de 15 años y busca medir qué tan bien pueden aplicar lo que han aprendido en el colegio a situaciones de la vida real.
Las principales áreas que cubre la prueba PISA son lectura, matemáticas y ciencia. Sin embargo, el énfasis de la prueba cambia cada vez que se toma. Por ejemplo, en el año 2000, el foco de atención fue la lectura. Esto se traduce, por ejemplo, en un mayor número de preguntas sobre esta área. Además, cada edición de la prueba tiene un área innovativa especial. Por ejemplo, en el 2015, se evaluó la capacidad de los estudiantes para resolver problemas de manera colaborativa.
En el 2001, Finlandia sorprendió al mundo alcanzando el primer lugar en esta prueba. Antes de ello, el país había obtenido resultados promedio. Sin embargo, durante el 2000, 2003 y 2006, Finlandia encabezó los resultados de la prueba PISA.
Lo más interesante es que este país ha optado por retar las convenciones tradicionales de los sistemas educativos: se caracteriza por tener pocas horas de estudio, no es usual tomar pruebas calificadas y las tareas para el hogar son reducidas. Así, se da más libertad a los estudiantes y se espera un mejor clima escolar y un mejor aprendizaje.
¿Cómo es el sistema educativo finlandés?
Podríamos dividir al sistema educativo finlandés en 5 etapas: educación de la niñez temprana, educación preescolar, educación comprensiva, que incluye primara y secundaria, educación secundaria superior y educación superior.
La educación temprana se da en guarderías. Los niños reciben al menos 20 horas de educación por semana o más si los padres trabajan. El objetivo de esta etapa es ayudar a los niños a desarrollar habilidades sociales y manuales. Además, adquieren habilidades que los ayudan a aprender mejor.
La educación preescolar del niño empieza a los seis años de edad. Esta es completamente gratis para los padres y es organizada por las municipalidades. La educación es impartida por profesores de educación temprana que se han graduado de la universidad y consiste en desarrollar habilidades que les serán útiles a los niños en el colegio.
Educación comprensiva
La educación comprensiva inicia a los siete años y es obligatoria para todos los niños. Consta de nueve grados y se separa en primaria —del grado 1 al 7— y secundaria —del 8 al 9. Es interesante notar que si el niño no acaba el sílabo en el noveno grado, el alumno no repite hasta que lo complete, sino que termina su etapa de educación comprensiva de manera automática al décimo año.
Cada municipalidad organiza la educación en su jurisdicción y es gratis para las familias. Las horas lectivas varían dependiendo del grado. Sin embargo, en promedio, los alumnos reciben 20 clases a la semana de 45 minutos cada una.
Todos los profesores deben tener el grado de magíster. Para los grados del 1 al 6 es necesario que sean especialistas en educación y, para los siguientes, es necesario que sean especialistas en sus respectivas materias. Además, en los primeros seis años, los estudiantes tienen al mismo profesor en la mayoría de los cursos. Esto con el fin de que el maestro pueda conocer bien a los estudiantes y diseñar una estrategia personalizada para apoyar a cada uno según sus necesidades. Por otro lado, cada maestro tiene la libertad de planear sus lecciones, pero deben seguir los temas del currículo nacional.
Educación secundaria superior
Luego de la educación comprensiva, los estudiantes tienen dos opciones para continuar sus estudios: ir a un colegio de educación secundaria superior u optar por una educación vocacional.
La primera opción dura de dos a cuatro años y tiene como fin que el estudiante postule a una universidad al terminar. En este tipo de instituciones, los jóvenes llevan las mismas materias que en la educación comprensiva, pero los cursos son más demandantes.
La segunda opción dura tres años y tiene como fin que el estudiante aprenda las habilidades necesarias para trabajar en un área específica. Lo que diferencia a esta opción de la primera es que, en la educación vocacional, se desarrollan habilidades para entrar al mercado laboral, mientras que el colegio de educación secundaria superior no prepara a los jóvenes en ninguna profesión específica.
¿Cómo es el sistema de evaluación en Finlandia?
Katie Hendrickson, de la universidad de Ohio, nos explica que el sistema de educación finlandés tiene dos formas de evaluar a sus alumnos: la evaluación formativa y la evaluación sumativa.
La evaluación formativa consiste en realizar actividades que permitan al profesor entender cómo aprenden sus alumnos. Este feedback le permite al docente modificar o adaptar su enseñanza de tal forma que se adecúe mejor a sus estudiantes.
Por ejemplo, Hendrickson explica que los profesores finlandeses frecuentemente evalúan a los estudiantes en primaria, pero evitan presentar estas situaciones como una evaluación. Usualmente son actividades que el alumno percibe como una experiencia de aprendizaje y no como una prueba que tiene una nota.
En estas evaluaciones se reemplazan las calificaciones típicas por escalas que van desde “muy bien” a “se necesita practicar”. Además, usualmente, los resultados no son mostrados a los estudiantes ni a los padres, sino que son usados por el profesor para planear cómo ayudar mejor a los estudiantes.
Este tipo de evaluación permite a los profesores identificar cuando un alumno tiene problemas con una materia en particular y planear a tiempo una intervención adecuada.
Aparte de los profesores, es usual que dentro de las clases también haya profesores asistentes. Ambos ayudan a los alumnos con problemas en ciertas materias; sin embargo, los profesores asistentes son entrenados para ayudar precisamente a los alumnos con problemas. Por último, si los métodos convencionales no ayudan al alumno, se les provee con asistencia especial.
La evaluación final de la educación comprensiva sí tiene una evaluación sumativa, que determina si los estudiantes pueden certificar el cumplimiento del currículo para poder ir a un colegio secundario superior.
Esta evaluación consiste en la compilación de un portafolio de todos los reportes anuales del alumno y evidencia de los resultados de este en octavo y noveno grado. Esta compilación debe mostrar que el alumno ha alcanzado los objetivos de cada curso y su evaluación no depende solo de las notasobtenidas por ellos, sino también de corroborar, analizando el portafolio, que ha alcanzado los objetivos deseados para cada curso.
¿Es realmente este modelo mejor para todos los países?
Así como muchos expertos en educación reconocen los éxitos y métodos del modelo finlandés, muchos otros lo cuestionan. De hecho, si bien hasta el 2006 Finlandia ocupaba los primeros lugares de la prueba PISA, en el 2012 no llegó a estar entre los 10 primeros puestos en matemáticas, que fueron ocupados por sistemas educativos asiáticos.
Como informa la BBC, algunos expertos sostienen que este sistema está en declive. Para Gabriel Heller Sahlgren, director del Centre for Education Economics de Londres, el éxito que tuvo Finlandia en educación no se debe al actual sistema educativo, sino a reformas implementadas hace 40 años. Por ejemplo, la inversión masiva en el sistema educativo centralizado; previo al sistema actual gestionado por las municipalidades. Para él, “es simplista mirar al actual sistema de educación finlandés sin ver su historia”.
En su libro, Real finnish lessons, Heller sostiene que la evidencia de los estudios sobre la educación finlandesa no sustenta que su éxito se deba al sistema más libre, sino todo lo contrario. Heller afirma que los estudios sugieren que los ambientes educativos menos estructurados son, en realidad, dañinos para los logros cognitivos de los estudiantes.
De hecho, él afirma que estos ambientes menos estructurados, sumado a cambios en los patrones culturales de la sociedad, explican el menor desempeño de Finlandia en las últimas pruebas PISA. Heller sostiene que, entre el 2000 y el 2009, el porcentaje de estudiantes finlandeses de 15 años que lee más de 30 minutos al día se redujo de un 48% a un 34%. En parte, esto se explica por la aparición de las redes sociales y el hecho de que los estudiantes dediquen más tiempo a ellas, en detrimento de otras actividades que favorezcan el desarrollo cognitivo, como la lectura.
De esta manera, para Heller, el peor desempeño de Finlandia en la prueba PISA es explicado, en parte, por el menor interés de los estudiantes en la lectura, dado que, como él afirma, todas las secciones de dicha prueba requieren de estas habilidades.
Sin embargo, esto no significa que no se pueda aprender de Finlandia. Leonor Varas, doctora en matemáticas y experta en educación de la Universidad de Chile, declara para la BBC que un aspecto fundamental es la formación de los profesores: deben tener maestría para dictar en primaria y secundaria. Ella afirma que este alto nivel de formación permite que puedan responder de manera particular a las necesidades de cada uno de sus alumnos.
De hecho, el mismo Heller atribuye el buen rendimiento de Finlandia en las pruebas a una combinación entre el buen estatus de los profesores en Finlandia y una cultura escolar más autoritativa y menos libre. Él explica que, históricamente, los profesores finlandeses no solo se han seleccionado con criterios estrictos, sino que también han recibido el entrenamiento necesario para poder desarrollar su actividad de manera efectiva.
Por otro lado, afirma que, si bien actualmente hay políticas que incentivan una educación más libre, en la práctica, muchos aspectos de la educación escolar aún se dan de manera tradicional: por ejemplo teniendo al profesor como una figura de autoridad que distribuye tareas o que dicta clases mientras los alumnos apuntan sin hablar. Justamente, Heller sostiene que esto favorece el desarrollo cognitivo de los estudiantes, en mejor medida que la educación libre. En ese sentido, los buenos resultados de Finlandia se deben, principalmente, a la existencia de maestros altamente calificados, más que a la liberalización del sistema escolar.
De hecho, si bien Finlandia no ha mantenido la punta en las pruebas PISA, ha logrado mantenerse por encima del promedio. En el 2012, de 64 países, quedó en el puesto 12 en matemáticas y quinto en lectura y ciencias. En el 2015, alcanzó el quinto puesto en ciencias, cuarto en lectura y 13 en matemáticas.
A partir del 2012, países como Singapur y Hong Kong (China) lideran la prueba. Sin embargo, en declaraciones para la BBC, el profesor Yong Zhao, profesor de origen chino, del departamento de educación de la Universidad de Oregon, sostiene que “las pruebas PISA no son una medida de calidad de la educación, a menos que equiparemos educación con preparación para tomar un test PISA”.
Con respecto a la idea de educar a los alumnos para rendir pruebas, John Hattie, director del Melbourne Education Research Institute, explica en su libro que los métodos más usados de evaluación están basados en medir el conocimiento de los alumnos sobre ciertos hechos y en su habilidad para hallar la respuesta correcta en tests de opción múltiple. Sin embargo, él afirma que esto no favorece al desarrollo de habilidades requeridas para nuestros tiempos, como el pensamiento crítico, la comunicación y la cooperación.
Hattie afirma que, lo que se necesita realmente en la educación, es una combinación entre el conocimiento sobre un tema determinado y la capacidad de los alumnos para relacionar las ideas sobre este tema y extenderlas. En otras palabras, no solo es importante saber ciertas cosas, sino también poder relacionar lo que conocemos y poder extender este conocimiento pensando. Sin embargo, asegura Hattie, la mayoría de currículos se centran solo en impartir conocimientos.
Yong Zhao agrega que «los estudiantes en China enfrentan tremendas presiones para tener buenos resultados en los exámenes, tienen una gran carga académica y dedican enormes cantidades de tiempo a la preparación de pruebas. Por ello la educación acaba convirtiéndose en una preparación para exámenes”.
Además, como Varas comentó para la BBC, uno de los miembros fundadores del Instituto Nacional de Educación de Singapur explicó que lo que se quiere en Singapur es justamente que sus alumnos sean como los estudiantes de Finlandia: alumnos con competencias de resolución de problemas no estándar y que “sepan pensar más”.
Con respecto a esto, Heller afirma que, una mayor libertad en las escuelas ha evidenciado, según ciertos estudios, ser buena para producir capital social. Por ejemplo, mejora las capacidades de cooperación de los alumnos o sus habilidades de razonamiento. Sin embargo, el autor también afirma que es necesaria una mayor investigación en este tema.
De hecho, Yann Algan, en su estudio, explica que la enseñanza horizontal consiste en promover que los estudiantes trabajen en grupos, de tal forma que se busca incrementar su capital social. Algan afirma que este tipo de métodos de enseñanza promueve la cooperación entre estudiantes a través de trabajos o proyectos y también promueve que se hagan preguntas al profesor.
Por el contrario, la enseñanza vertical, que consiste en el típico dictado de clases por el profesor, lo desincentiva. Además, este mismo estudio revela que, para el caso de Finlandia, se intercala la frecuencia entre solo tomar notas de la pizarra y los trabajos grupales.