
Entre 1932 y 1933 el gobierno soviético sometió al pueblo ucraniano a una de las peores hambrunas de la historia. Este episodio es considerado un genocidio y constituye una de las mayores atrocidades perpetradas por el estalinismo. A continuación, te explicamos en qué consistió este crimen.
Resumen
- En octubre de 1917, los bolcheviques llegaron al poder y establecieron un régimen comunista.
- En el invierno de 1927-1928, la URSS sufrió una crisis de cosechas que llevó a Stalin a implementar su primer plan quinquenal (1928-1932).
- El primer plan quinquenal consistió en la industrialización acelerada y la colectivización forzada mediante la creación de koljoses y sovjoses gigantes.
- El territorio más afectado por las políticas de Stalin fue Ucrania, considerada “el granero de Europa”.
- Para el cumplimiento de sus objetivos, el régimen envió al ejército, a la policía política y a obreros de choque reclutados de las ciudades para forzar a los campesinos a entregar sus cosechas.
- Según el historiador Nicolas Werth, cuatro millones de ucranianos murieron en el contexto del Holodomor.
- El Estado ucraniano ha tomado una serie de medidas a fin de condenar y conmemorar el Holodomor.
Establecimiento de un régimen comunista
Para entender qué pasó en Ucrania en la década de los 30, debemos retroceder más de una década. En 1917, el entonces Imperio Ruso estaba enfrascado en la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Una serie de derrotas produjeron una crisis, que devino en la llamada Revolución de Febrero. Este suceso ocasionó la abdicación del zar Nicolás II (emperador ruso) y el establecimiento de un gobierno provisional, conformado por liberales y socialistas moderados.
El nuevo régimen fue bastante inestable, siendo incapaz de sacar al país de la guerra y resolver la crisis económica. Este contexto fue aprovechado por los comunistas organizados en el Partido Bolchevique, liderado por Vladimir Ilyich Ulyanov, mejor conocido como Lenin, quienes dieron un golpe de Estado derrocando ―ese mismo año― al gobierno provisional, en esos momentos liderado por el socialdemócrata Aleksandr Kerenski. Este episodio es denominado “Revolución de Octubre” y marca el inicio del periodo comunista en gran parte de los territorios que habían pertenecido al Imperio ruso.
Entre estos territorios estaba Ucrania, región que, tras fuertes enfrentamientos entre bolcheviques e independentistas, se convirtió en una república socialista independiente: la República Socialista Soviética de Ucrania. Este régimen terminaría uniéndose a la Rusia de Lenin mediante el Tratado de Creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) de 1922, suscrito también por las repúblicas soviéticas de Bielorrusia y Transcaucasia, los otros dos Estados fundadores.

(Ucrania. Fuente: Google Maps)
La “Nueva Política Económica”
Una vez en el poder, los bolcheviques retiraron a Rusia de la Primera Guerra Mundial y convocaron una asamblea constituyente; sin embargo, se encontraron en minoría frente al Partido Socialista Revolucionario (“Eserista”), movimiento político que representaba al campesinado y era el más grande del país. Frente a estos resultados, Lenin ordenó el cierre de la asamblea a las pocas horas de haber iniciado sesiones, estableciendo una dictadura que ocasionó la Guerra Civil Rusa (1917-1923) y la agudización de la crisis en el país. Durante este periodo los bolcheviques aplicaron “el Terror Rojo”, una política consistente en ejecutar en masa y reprimir sistemáticamente a sus opositores. Los monárquicos, por su parte, aplicaron “el Terror Blanco”, el cual también consistió en represión y asesinatos masivos.
A fin de mitigar los efectos de la Primera Guerra Mundial, la Revolución, la Guerra Civil y la hambruna (1921-1922) generada por estos conflictos bélicos, Lenin resolvió reemplazar el “Comunismo de Guerra” (1918-1921) con la llamada “Nueva Política Económica” (1921-1927), por sus siglas en ruso, la NEP. Se trató, en palabras de Lenin, de un “retiro estratégico” del socialismo que consistió en una liberalización de la economía.
Mediante la NEP se frenaron la planificación central y las incautaciones de grano a los campesinos, estableciéndose temporalmente una economía mixta y relativamente libre, que permitía la inversión extranjera y la propiedad privada. Este sistema económico mejoró la producción agrícola, beneficiando especialmente a los campesinos acomodados denominados “kulaks”, quienes habían sido reprimidos por los bolcheviques en el marco de la “deskulakización”.
A fines de 1922, Lenin dejó de conducir al país debido a una serie de infartos cerebrales que le quitaron la capacidad de hablar y caminar. En enero de 1924, el líder bolchevique murió y la dirigencia del país se concentró en disputas por el poder, manteniendo la NEP.
Ese mismo año, tras la muerte de su líder, el georgiano Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, conocido como Stalin (“hombre de hierro”), se alió con Zinóviev y Kámenev (dirigentes bolcheviques a quienes luego eliminaría) y se hizo con el control del país desplazando a Trotsky, supuesto heredero político de Lenin.
Stalin era un importante político soviético que, en 1922, había sido nombrado Secretario General del Comité Central del Partido Comunista.
A finales de los 30, para consolidarse en el poder, Stalin ejecutó a casi toda la “vieja guardia” bolchevique que había protagonizado la Revolución de Octubre en un episodio conocido como la “Gran purga”.
El gran viraje de Stalin y la gran hambruna
Durante el invierno de 1927 a 1928 se produjo “la crisis de la NEP”, una caída en las cosechas que motivó el cambio de la política económica de la URSS. Stalin reintrodujo la incautación de cosechas a los campesinos e inició la colectivización de la tierra y la industrialización acelerada del país en el marco de su primer plan quinquenal (llamado así porque tuvo cinco años de duración: 1928-1932). Mediante esta política, además, se buscó consolidar en el campo los koljoses y los sovjoses, granjas colectivas y granjas estatales, respectivamente. Estas “fortalezas del socialismo” debían ser gigantes y regirse por la planificación central de la economía.
En julio de 1929, el líder soviético publicó en Pravda (diario oficial de la URSS) su famoso artículo “El año del gran viraje”, donde anunció la ofensiva del socialismo contra los elementos capitalistas del campo y de la ciudad, señalando su intención de hacer virar a las masas campesinas de la “vieja trayectoria capitalista de desarrollo” a la “trayectoria socialista” para:
“(…) arrancarles de la miseria y de la servidumbre del kulak y encauzarles por el ancho camino (…) del cultivo colectivo de la tierra.”
Pravda núm. 259
La colectivización de las tierras mediante la “koljosianización” y la “sovjosianización” implicaba la eliminación de ciertas clases sociales: los kulaks, campesinos propietarios considerados “ricos”; los spetzy, “especialistas burgueses” surgidos durante el zarismo que se mantenían en diversos puestos administrativos; y los nepmen, comerciantes, negociantes e intermediarios enriquecidos por la NEP. Con respecto a los kulaks, el 5 de enero de 1930 Stalin decretó su eliminación como clase social, reiniciando la llamada deskulakización.
Las tierras con mayor producción agrícola fueron las más afectadas por las políticas de Stalin; el llamado “granero de Europa”, la entonces República Socialista Soviética de Ucrania, fue el territorio más afectado de la Unión Soviética. Así, el campesinado ucraniano sufrió la colectivización de sus tierras y la incautación de sus cosechas, que fueron exportadas al mundo con resultados devastadores.
Para el cumplimiento de sus objetivos, el régimen envió al ejército y a la OGPU (policía política predecesora del NKVD y de la KGV), a los que se sumaron 100 mil agentes u “obreros de choque” reclutados de las ciudades. De acuerdo con el reconocido historiador francés Nicolas Werth, estas medidas significaron “una verdadera guerra del Estado soviético contra toda una nación de pequeños productores”.
Frente a estas medidas, los campesinos ucranianos respondieron con una resistencia pasiva, ocultando el grano, hurtándolo durante las noches, produciendo menos, matando a su ganado (para evitar que se lo lleven) e incluso incendiando sus cosechas. La reacción de los campesinos ucranianos, sin embargo, no fue suficiente para evitar la tragedia: la cifra de víctimas durante el Holodomor, según algunos historiadores, es similar a la del Holocausto judío.
“El gobierno dijo que tenías que entregar todo, y comenzaron a hostigar a mi padre. Mi padre dijo: Tengo hijos, tengo una familia. [Pero ellos dijeron] todos irán a la granja colectiva, y todos estarán mejor. (…) lo golpearon y lo llevaron a una celda de detención. No lo vimos por más de dos semanas, y cuando llegó a casa, murió de inmediato. Cuando se cosechaba trigo o centeno, usaban máquinas y dejaban los tallos en el campo. Así que mi madre, en su camino a casa, recogió tallos para cocinar algo. Un brigadier le quitó los tallos y golpeó a mi madre. Mi madre llegó a casa, se acostó en la cama y nunca más se levantó. No sé cuánto tiempo estuvo allí, pero así fue como murió.”
Testimonio de Maria Firman, superviviente del Holodomor.
El gobierno soviético reaccionó brutalmente contra todos los que se opusieron a sus medidas, es decir, contra los millones de campesinos ucranianos que intentaron evitar que se les incaute su alimento y el fruto de su trabajo: sus cosechas. Siendo considerados “kulaks” o “contrarrevolucionarios”, decenas de miles de estos campesinos fueron ejecutados en masa, arrestados, torturados y deportados por millones a los lugares más inhóspitos de Siberia. Asimismo, en 1932 el régimen promulgó la llamada “ley de las tres espigas”, que castigaba con la muerte por un disparo y la confiscación de los bienes a todo el que robara al menos tres espigas de la granja colectiva y, en circunstancias atenuantes, el encarcelamiento por un periodo de 10 años en algún gulag (campo de concentración).
“No podías salvarte recogiendo tallos, porque había guardias [en los campos], y quien fuera atrapado con esos tallos recibía un disparo en el acto o, si era un niño, era golpeado terriblemente.
Testimonio de Halyna Huba, superviviente del Holodomor.
(…) El sistema comunista nos hizo los peores esclavos en la Tierra. Nosotros éramos culpables, solo que no sabíamos de qué, de qué pecados. Simplemente porque éramos llamados ucranianos. Esto no fue muy fácil, pero de alguna manera Dios nos concedió sobrevivir. Quiero decir que quizás esto pueda ayudar, que aún hay personas que pueden explicar por lo que tuvimos que pasar.”
A lo anterior, se agregó además el establecimiento de un pasaporte interior y el registro de los habitantes de las ciudades con el objetivo de impedir el éxodo rural, el “parasitismo social” y combatir la infiltración de “los elementos kulaks en las ciudades”. A fin de apoyar esta medida, el régimen envió destacamentos armados para contener y reprimir el ingreso de campesinos a las ciudades. De este modo, los campesinos ucranianos comenzaron a morir de hambre y a ser reprimidos por autoridades obligadas a requisar más de lo que estos podían producir, castigando implacablemente cualquier intento de esconder el grano necesario para su sustento. La desesperación llevó a muchos a comer gusanos, cortezas de árboles, raíces e, incluso, a recurrir al canibalismo.
“Lloramos diciendo que teníamos hambre, pero se llevaron todo. No les importaba que estuviéramos llorando y rogando. Tomaron hasta el último grano. No había mucho que tomar, pero lo tomaron. (…) en la primavera recolectamos pastos, mi madre los secó e hizo tortitas en una sartén. Pero los panqueques eran tan amargos que era difícil comerlos. La gente cogía gorriones y se los comía. No había nada para comer. La gente recogió todo lo que pudo y lo comió. De alguna manera sobrevivimos.”
Testimonio de Aleksandra Brazhnyk
(Fuente: Famine – Genocide in Ukrania 1932-1933)
A todo lo anterior, se sumaron epidemias de tifus (enfermedad bacteriana transmitida por piojos o pulgas, que se manifiesta en fiebres altas, erupciones cutánea, etc.) que diezmaron aún más a la población. A diferencia de la hambruna de 1921-1922, en que el régimen solicitó ayuda internacional, durante el Holodomor las autoridades soviéticas intentaron ocultar la tragedia. De este modo, las autoridades mostraron Koljoses y guarderías modelos a comisiones de políticos extranjeros complacientes e interesadas en acercarse a la URSS ante una Alemania nazi amenazante. Por ello, el censo soviético de 1937 fue declarado oficialmente inválido.
“Se traen cada noche 250 cadáveres de personas muertas de hambre o frío. Se nota que un número muy elevado de entre ellos no tiene ya hígado: este parece haber sido retirado a través de un corte ancho. La policía acaba de atrapar a algunos de los misteriosos ‘amputadores’ que confiesan que con esta carne confeccionaban un sucedáneo de pirozheki (empanadillas) que vendían inmediatamente en el mercado.” Testimonio de un diplomático italiano de servicio en Járkov.
Para las autoridades, lo verdaderamente importante era acelerar la industrialización, exportar el grano y abastecer a las ciudades, esto es, cumplir con el plan quinquenal de Stalin a como dé lugar. En la Unión Soviética, el campesinado (aproximadamente el 80% de la población) era una suerte de ciudadanía de “segunda clase” debido a que, para la ideología del régimen, lo primordial era el proletariado (bajo el ideal comunista de “dictadura del proletariado”), es decir, los obreros en el contexto de la industrialización acelerada del primer plan quinquenal.
“Recuerdo que había un carro con una escotilla profunda que venía a recoger los cadáveres. Usaron horcas para recoger a los muertos. Cuando la gente escuchó que venía, quienquiera que aún tuviera la fuerza trató de esconderse entre los arbustos o detrás de un árbol, porque se llevaban a personas que aún vivían diciendo que no querían volver por ellos más tarde.”
Testimonio de Natalia Avramenko
Estas políticas de Stalin ocasionaron una de las peores hambrunas de la historia moderna, un verdadero crimen contra la humanidad que es denominado de diversas maneras: el Holodomor o Golomodor (que vienen de “matar de hambre” en ucraniano), La Gran Hambre, o el genocidio u holocausto ucraniano. Según Nicolas Werth, la deskulakización y la colectivización forzosa implicaron la muerte de seis millones de campesinos y la deportación de otros dos millones en toda la Unión Soviética (no solo en Ucrania). Werth señala que en esta “etapa de desarrollo del terror estalinista” habrían fallecido cuatro millones de campesinos en Ucrania en el contexto del Holodomor. Asimismo, las regiones de Kazajistán y el Cáucaso del Norte habrían perdido un millón más cada una. Por su parte, Robert Conquest, autor del clásico “El Gran Terror”, establece números aún más altos. Con respecto a los fallecidos en toda la URSS durante los años 1930 y 1933, señala que:
“Las muertes en la hambruna-terror no pueden haber sido menores a 6 o 7 millones. La cifra de muertes entre el campesinado durante la totalidad del período entre 1930 y 1933 es dada en la reciente literatura soviética como alrededor de 10 millones—más alta que la de los combatientes, colocados todos juntos, de la Primera Guerra Mundial.”
La tragedia ocasionada por Stalin generó que muchos ucranianos apoyaran a los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando las fuerzas de Hitler ocuparon el país estableciendo el Comisariado del Reich para Ucrania tras la batalla de Kiev (1941), hubo miles de voluntarios que colaboraron como auxiliares de las fuerzas alemanas. Asimismo, se crearon varias unidades ucranianas que colaboraron con la Wehrmacht (ejército alemán) conformando el llamado “Ejército de Liberación Ucraniano”. Entre estas unidades destacaron la 14° División de Granaderos Waffen-SS, popularmente conocida como “División Galizien”, y la Policía Auxiliar Ucraniana. Además, las fuerzas de la Organización de Nacionalistas Ucranianos también colaboraron eventualmente con los nazis.
Recuerdo de las víctimas

(Personas visitan monumento que conmemora el Holodomor durante el 84 aniversario en el 2017 – Reuters/Valentyn Ogirenko)
Para los ucranianos el recuerdo del Holodomor es muy importante, puesto que se trata de un episodio que marcó profundamente la historia de su país. En ese sentido, se han tomado una serie de medidas a fin de condenar y conmemorar esta tragedia.
En 1998 el gobierno ucraniano estableció el cuarto sábado de cada noviembre como el “Día de la memoria de las víctimas de Holodomor”. En el 2006 fue creado el instituto Ucraniano de la Memoria Nacional, organismo estatal dependiente del Ministerio de Cultura, encargado de estudiar el pasado totalitario del país a fin de que este sea preservado y difundido por el mundo.
Entre las principales funciones de este organismo, se incluye el rescatar la memoria del movimiento ucraniano de liberación, la de las víctimas de la represión política, y la de las víctimas del Holodomor, así como de otras hambrunas originadas por las políticas soviéticas y las guerras, como las de 1921-1923 y 1946-1947.
Asimismo, el 28 de noviembre del 2006 la Rada Suprema (parlamento ucraniano) promulgó la Ley No. 376-V – Sobre el Holodomor de 1932-1933 en Ucrania, mediante la cual el Estado declaró oficialmente que el Holodomor fue un genocidio contra el pueblo ucraniano perpetrado por la Unión Soviética, que resultó en el aniquilamiento de millones de pobladores, la destrucción de los fundamentos sociales del pueblo ucraniano, sus tradiciones antiguas, su cultura espiritual y su identidad étnica. Esta norma fue seguida por la Ley No. 432/2009, del 12 de junio del 2009, que aplicó medidas adicionales para conmemorar a las víctimas del Holodomor.
El 9 de abril del 2015, la Rada Suprema de Ucrania continuó con estas medidas y adoptó un paquete de leyes antitotalitarias, entre las que destacan la Ley No. 316-VIII y la Ley No. 317-VIII.
La primera permite el acceso a los archivos de los órganos represivos del régimen comunista (1917-1991), mientras que la segunda condena a este régimen prohibiendo sus símbolos.
Asimismo, se emitió una orden a fin de que se prohíban los partidos comunistas, con lo cual el Partido Comunista de Ucrania, el Partido Comunista (renovado) y el Partido Comunista de los Trabajadores y Campesinos de Ucrania pasaron a ser ilegales y, por tanto, a estar impedidos de participar en la vida política del país.
Por otra parte, en el 2008, la Unión Europea condenó la eliminación de campesinos y otras políticas emitidas por Stalin, calificándolas de crímenes contra la humanidad.
Otro organismo en pronunciarse sobre el Holodomor ha sido la Unesco, mediante su Resolución 65 – “Recuerdo de las víctimas de la Gran Hambruna (Holodomor) en Ucrania”, del primero de noviembre del 2007.
Finalmente, una veintena de gobiernos han reconocido el Holodomor, entre los que se encuentra nuestro país. Así, en junio del 2007 el Congreso de la República expresó su solidaridad al pueblo ucraniano y señaló, entre otras cosas, que la hambruna de 1932-1933 no fue un fenómeno casual de origen natural o social, sino una consecuencia del terror por hambre aplicado por un Estado totalitario, un genocidio.