
El gobierno peruano aprobó este año el reglamento del uso medicinal y terapéutico del cannabis. Esto se debe a que esta planta puede ser efectiva para combatir los síntomas de enfermedades degenerativas como la epilepsia refractaria. Pero ¿qué es la epilepsia refractaria y por qué el cannabis puede ser una alternativa para tratarla? En el siguiente informe buscaremos explicarlo. También puedes ver nuestro video sobre el tema:
Resumen
- Existen tres niveles de clasificación de la epilepsia. Los médicos podrán recurrir a los niveles más complejos de clasificación dependiendo de los recursos clínicos con los que cuenten.
- La epilepsia refractaria, si bien no es un tipo oficial de epilepsia, es aquella que se caracteriza por ser resistentes a los medicamentos anticonvulsivos.
- Además, los especialistas usan este término cuando las convulsiones son tan frecuentes y severas que interfieren seriamente con la calidad de vida de la persona.
- Cuando esto sucede, el tratamiento debe ser más agresivo, lo que a su vez tiene un impacto negativo en la calidad de vida.
- Los medicamentos a base de cannabis han demostrado ser efectivos para mejorar la calidad de vida de los pacientes con epilepsia refractaria.
- Estos medicamentos no contienen sustancias psicoactivas al no tener THC, por lo que son seguros para tratar estas enfermedades.
¿Qué es la epilepsia?
El uso del cannabis para mitigar los síntomas de enfermedades que disminuyen la calidad de vida se ha extendido en los últimos años. Por ejemplo, algunas personas lo usan con la intención de aminorar los síntomas del cáncer. El problema es que, dado que su uso estuvo prohibido en muchos países por muchos años, aún no hay suficientes estudios que demuestren su efectividad como medicamento para mitigar los síntomas del cáncer. Sin embargo, sí existen estudios que brindan evidencia a favor de la efectividad del cannabis para mejorar la calidad de vida de pacientes con epilepsia refractaria.
¿Qué es la epilepsia refractaria? Lo primero que hay que entender es que la epilepsia refractaria no es un tipo de epilepsia. Para entender qué es, necesitamos entender qué es la epilepsia. La epilepsia es un desorden neurológico del sistema nervioso central que tiene como principal síntoma a las convulsiones. Estas convulsiones, así como otros síntomas, son causados por sobrecargas eléctricas incontroladas en las células del cerebro. Estos ataques o crisis epilépticas se pueden separar en dos categorías principales: las crisis generalizadas y las focales.

Ahora, existen muchas formas de epilepsia. Sin embargo, todas ellas implican sobrecargas eléctricas en el cerebro. ¿Cómo se clasifican los distintos tipos de epilepsia?
En el 2017, Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE), la principal organización que estudia esta condición, propuso una nueva forma de clasificar esta enfermedad. Esta nueva clasificación se da en tres niveles distintos y corresponde al hecho de que distintos ambientes clínicos alrededor del mundo cuentan con distintas cantidades de recursos. En otras palabras, dependiendo de los recursos del ambiente clínico en el que se encuentren, los médicos serán capaces de utilizar (o alcanzar) niveles de clasificación más o menos precisos.
La clasificación de la ILAE cuenta con tres niveles: tipo de ataque, tipo de epilepsia y síndrome específico. Como explica esta institución, los médicos deben empezar por clasificar el tipo de crisis epiléptica. Los ataques, como mencionamos, pueden ser generalizados o focales. Por último, también es posible que, en algunos casos, no se pueda determinar esto, por lo que se agrega la categoría de “desconocido”.

Las epilepsias generalizadas son las que usualmente la gente conoce y se caracterizan porque las convulsiones inician en los dos lados del cerebro. Este tipo de epilepsia está vinculado a los ataques generalizados, los cuales causan que tu cuerpo se mueva sin que lo puedas controlar. Incluso, se puede llegar a perder la conciencia. Otra forma en la que se puede manifestar la epilepsia generalizada es a través de ausencias. En estos casos, uno se queda “en blanco” mirando al vacío. Asimismo, uno puede hacer movimientos repetitivos una y otra vez.
En contraste, cuando uno tiene un tipo de epilepsia focalizada, las convulsiones se desarrollan en un área particular en uno de los lados del cerebro. En este tipo de epilepsia, las convulsiones se pueden manifestar de distintas maneras. Por ejemplo, uno puede estar consciente de lo que sucede o confundido. También puede suceder que uno tenga espasmos (contracciones musculares) o pequeños ticks. Asimismo, también pueden suceder cambios en cómo uno piensa o siente. Uno puede tener emociones intensas, sentimientos extraños, etc.
En algunos casos, los pacientes presentan ambos tipos de ataques: focalizados y generalizados. En estos casos, se determina que su tipo de epilepsia es combinada.
Por último, el tercer nivel es determinar si el paciente tiene algún síndrome específico. Los síndromes se refieren a grupos de características que se dan juntas y que incluyen a los tipos de convulsiones y a otras características mostradas en los electroencefalogramas y las imágenes neuronales. Uno puede tener uno de los tipos anteriores de epilepsia, sumado a un síndrome especial. Dos de estos síndromes, por ejemplo, son el síndrome de Lennox-Gastaut y el síndrome de Dravet. Volveremos sobre ellos más adelante, pero antes es necesario abordar otra pregunta: ¿qué es la epilepsia refractaria?
¿Qué es entonces la epilepsia refractaria?
Según la Liga Internacional contra la Epilepsia, cuando los medicamentos no ayudan a las personas a liberarse de manera sostenida de sus convulsiones, se puede considerar que el paciente tiene epilepsia refractaria. Este tipo de epilepsia también es llamada “incontrolable”, “resistente a los medicamentos” o “intratable”. Hay que tener en cuenta que este no es un tipo oficial de epilepsia, sino que es llamada así cuando los tratamientos no dan resultados. En otras palabras, puede presentarse en cualquiera de los tipos descritos anteriormente.
Usualmente, un caso de epilepsia es considerado como refractaria si el paciente ha usado dos tipos de anticonvulsivos, pero sigue teniendo convulsiones. Asimismo, según la Epilepsy Foundation, muchos especialistas usan este término cuando las convulsiones, además, son tan frecuentes y severas que interfieren seriamente con la calidad de vida de la persona, de tal forma que el tratamiento debe ser más agresivo, lo que, a su vez, también tiene un impacto negativo con respecto a la calidad de vida.
Por último, es importante saber que, de acuerdo con la Epilepsy Foundation, los estudios evidencian que aproximadamente un tercio de los casos de epilepsia son casos de epilepsia resistente a los medicamentos. Esto quiere decir que para un tercio de las personas que sufren este mal, los medicamentos no son efectivos para mejorar su calidad de vida.
El cannabis medicinal y la calidad de vida
Diversos estudios y metaestudios afirman que el cannabis tiene beneficios en el tratamiento de la epilepsia, en especial la refractaria. Por ejemplo, el siguiente metaestudio publicado en el Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry concluyó que había evidencia cualitativa de que los medicamentos basados en cannabis reducían la frecuencia de convulsiones en algunos pacientes. Además, se evidenciaba una mejora en la calidad de vida.
Por otro lado, la misma investigación señala que en los estudios con mayor control experimental se evidenció que el uso de CBD (compuesto del cannabis) reducía efectivamente la frecuencia de las convulsiones en niños y adolescentes con epilepsia resistente, incluso llegando a dejar de presentarlas.
Por otro lado, otro metaestudio publicado en el el Journal of Epilepsy Research concluye que el aceite de cannabis redujo la frecuencia de las convulsiones de pacientes con el síndrome de Dravet y de Lennox-Gastaut. Para ello, se hicieron pruebas con grupos a los que se les administró esta medicina, mientras que a otros se les administró un placebo. Se evidenció que el grupo al que se le administró el medicamento redujo la frecuencia de las convulsiones, en comparación con el grupo de control.
El síndrome de Lennox-Gastaut es una epilepsia refractaria infantil. Esta se caracteriza por convulsiones frecuentes, que muchas veces es acompañada por discapacidad intelectual y problemas conductuales. Además, se calcula que el 5% de los pacientes muere por este desorden.
El síndrome de Dravet es otro tipo de epilepsia resistente a los medicamentos que se presenta en los niños. Los niños con esta afección por lo general tienen convulsiones en la noche y también presentan problemas en el desarrollo del lenguaje, habilidades motoras e hiperactividad. A veces, incluso pueden tener más de 100 convulsiones a la semana. Además, la mortalidad de esta enfermedad es del 18%; muchas veces después de haber tenido una convulsión.
Dada la gravedad de estas enfermedades, y la posibilidad de mitigar los síntomas y sufrimiento de los pacientes, el cannabis parece una forma de mejorar su calidad de vida.
¿El cannabis medicinal tiene efectos psicoactivos?
Para responder a esta pregunta, debemos considerar que el cannabis sativa (ese es su nombre científico) es una especie de planta con tres subespecies: cannabis sativa sativa, cannabis sativa indica y cannabis sativa ruderalis. De estas tres, las subespecies sativa e indica son aquellas usadas con fines recreacionales. Esto se debe a que tienen una sustancia llamada THC. Esta última es el compuesto psicoactivo del cannabis.
El THC es un cannabinoide. Los cannabinoides son un grupo de químicos, que incluso son producidos por el organismo humano y de otros mamíferos. Nuestro organismo tiene distintos receptores que son estimulados por estos químicos. En nuestro caso, tenemos los receptores de cannabinoides CB1 y CB2. El THC es un químico que afecta al receptor CB1. De esta manera, cuando la ingerimos, podemos sentir su efecto psicoactivo.
Sin embargo, estas subespecies también tienen otro químico cannabinoide llamado CBD. El CBD ha evidenciado tener un efecto anticonvulsivo, sin ser psicoactivo, dado que no estimula el receptor CB1, sino el CB2.

(Fuente: Pixabay)
De esta manera, se pueden producir aceites y productos a base de cannabis sin THC, pero que sí contengan CBD. Estos productos son justamente los utilizados para tratar a los niños con epilepsia.
¿Cómo está regulado el cannabis medicinal en el Perú?
En febrero del 2019, se publicó el reglamento para el uso medicinal y terapéutico del cannabis. A continuación, te resumimos lo más importante sobre su regulación.
Este reglamento crea cuatro registros distintos. Primero, se crea un registro para pacientes certificados por un médico. Luego, otro registro para empresas importadoras o comercializadoras. Otro para entidades dedicadas a la investigación del cannabis. Y, por último, un registro de laboratorios dedicados a la producción. Todos estos registros están a cargo del Ministerio de Salud.
En cuanto a la producción de cannabis medicinal, la legislación peruana entiende por esta actividad lo siguiente: “adquisición de semillas y/o plántulas de cannabis, siembra, propagación, cultivo, cosecha, post-cosecha, y fabricación de productos derivados de Cannabis, así como actividades de almacenamiento y transporte de semillas, plántulas, plantas, flores, y productos derivados de cannabis para uso medicinal”.
Existen, en ese sentido, tres clases de licencia de producción: la que incluye cultivo del cannabis, la que no incluye su cultivo y la que implica la producción de semillas. Ahora bien, para obtener estas licencias, las entidades públicas o laboratorios tienen que cumplir con protocolos de seguridad y estar verificados por la Dirección Antidrogas (DIRANDRO).