
A fines de la década de 1950, Mao Tse-Tung emprendió una serie de políticas económicas que generaron la peor hambruna de la historia: el “Gran Salto Adelante”. Se trató de una catástrofe humanitaria en la que decenas de millones de seres humanos murieron de hambre, bajo un régimen que llegó al extremo de culpar a los gorriones ―sí, las aves― por el desastre, declarándolos “contrarrevolucionarios” y decretando su eliminación. A continuación, te explicamos una de las peores tragedias de la historia.
Resumen
- En 1958, Mao lanzó el Gran Salto Adelante, campaña para la que se forzó a la población campesina a vivir en comunas y que buscó la industrialización del país mediante la producción de hierro y acero.
- Gran parte del acero producido durante el Gran Salto Adelante fue inutilizable.
- En el aspecto agrónomo, los chinos aplicaron las teorías del agrónomo soviético Trofim Lysenko, que tuvieron resultados nefastos.
- Al Gran Salto Adelante, Mao sumó la Campaña de las Cuatro Plagas, enfocada en las moscas, los mosquitos, los roedores y los gorriones. La eliminación de gorriones favoreció el surgimiento de parásitos que afectaron los cultivos.
- El Gran Salto Adelante ocasionó la peor hambruna de la historia, un drama en el que se dieron casos de canibalismo. Entre 20 y 45 millones de chinos murieron a causa de esta campaña.
- Como producto de la hambruna ocasionada por el Gran Salto Adelante, el mundo pasó de tener un crecimiento poblacional anual mayor al 1.9% a uno inferior al 1.4%.
- El fracaso del Gran Salto Adelante ocasionó que el propio Partido Comunista Chino aparte a Mao del poder y que el país sea conducido por la facción liderada por Liu Shaoqi y Deng Xiaoping. Sin embargo, Mao regresó al poder pocos años después por medio de la Revolución Cultural.
Colectivización e industrialización forzada

(“Valiente el viento y las olas, todo tiene habilidades”, poster de propaganda de 1958. Fuente: chineseposters.net)
Como vimos en un informe anterior, el Partido Comunista Chino (PCCh) llegó al poder en 1949 bajo el liderazgo de Mao Tse-Tung. Tras casi 10 años conduciendo la República Popular China, Mao emprendió una de las campañas más trágicas y recordadas de su régimen: el Gran Salto Adelante. Para entender qué fue esta campaña gubernamental, debemos ir hasta finales de la década del 50 y entender el principal objetivo de su régimen: la industrialización del país.
¿Cómo se gestó todo? En 1957, Mao Tse-Tung acudió a Rusia para la Reunión Internacional de Partidos Comunistas y Obreros de Moscú, realizada con motivo del cuadragésimo aniversario de la Revolución de Octubre. En esta cumbre, el líder soviético, Nikita Kruschev (Stalin había fallecido en 1953), señaló que, en 15 años, su país alcanzaría y superaría a los Estados Unidos en la producción de los artículos industriales y agrícolas más importantes.
Frente a ello, Mao señaló que, en el mismo periodo de tiempo, China superaría al Reino Unido en la producción de hierro, acero y otros productos industriales importantes. El reto estaba puesto sobre la mesa: el mundo vería qué régimen comunista alcanzaba tal nivel de desarrollo en aquel lapso de tiempo.
Para 1958, la República Popular China tenía una población estimada de casi 700 millones de habitantes. Aquel año, el régimen maoísta obligó a la población campesina a agruparse en las llamadas comunas populares: unidades de producción en las que el Estado controlaba casi todos los aspectos de la vida de los campesinos. De este modo, se establecieron alrededor de 26 mil comunas populares en las que se agrupó a 120 millones de familias del campo, las cuales equivalían al 99% del campesinado del país. Estas medidas fueron parte de uno de los más ambiciosos proyectos de Mao Tse-Tung, una nueva y radical campaña de modernización del país que tendría resultados dramáticos: el Gran Salto Adelante.

(Modelo de comuna popular, póster de propaganda del Gran Salto Adelante, 1958. Fuente: donwagner.dk)
¿En qué consistió el Gran Salto Adelante? En forzar a la población campesina agrupada en comunas a participar en arduos trabajos de producción agrícola y en la intensa y radical industrialización propuesta por Mao. Según Jean-Louis Margolin, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Provenza Aix – Marsella I, se buscó suprimir la diferencia entre el trabajo agrícola y el trabajo industrial mediante la instalación de unidades industriales a lo largo y ancho de todo el campo, con el objetivo de asegurar al mismo tiempo “la auto subsistencia de cada comunidad local y permitir el crecimiento acelerado de la industria (…)”.
“Las pertenencias de los hogares fueron puestas en común durante el primer año, los muebles fueron confiscados para hacer leña. Y todo lo que podía ser colectivizado fue destruido, los cerdos, las ovejas, todo fue colectivizado. Y hasta las sartenes y las cacerolas, porque las familias no tenían derecho a cocinar, ya nadie cocinaba en su propia casa”.
– Liu Dabai, testigo de aquella época.
De este modo, bajo el lema de “tres años de esfuerzo y privaciones, mil años de felicidad”, Mao movilizó a alrededor de 100 millones de campesinos y los hizo trabajar en proyectos de gigantescas proporciones: carreteras, vías férreas, presas y canales.

(Chinos trabajando en una obra monumental. Fuente: oscarenfotos)
¿Qué eran exactamente las comunas populares? Técnicamente, las comunas populares eran organizaciones económicas de propiedad colectiva establecidas en las zonas rurales y dedicadas principalmente a la producción agrícola e industrial. En estos lugares, donde no había derechos fundamentales como la libertad de expresión, las autoridades comunistas decidían absolutamente todos los aspectos del trabajo y de la vida diaria de los campesinos. Según Yang Jisheng, miembro del China Media Project de la Universidad de Hong Kong y autor de autor de “Tombstone”, libro sobre el Gran Salto Adelante:
“Los hombres y las mujeres estaban separados y no podían vivir en pareja. Algunas parejas iban al campo para mantener relaciones, pero cuando se les descubría eran humilladas en público.”
Según un informe del Área de Estudios Exteriores de la American University de Washington D.C., para el otoño de 1958 se había fusionado unas 750 mil cooperativas de producción agrícola en unas 23 mil comunas, cada una con alrededor de 5 mil familias o 22 mil seres humanos.
(El socialismo es bueno, tema compuesto en 1958)
El Gran Salto Adelante implicaba que el campesinado también se involucrara en la industrialización del país, un aspecto fundamental de la campaña. Pero ¿cómo hacer esto? Para llevar a cabo la creación de fábricas, maquinaria, ferrocarriles, líneas férreas, armas, carreteras, puertos, red eléctrica y “alcanzar al Reino Unido en 15 años”, Mao decidió que el campesinado chino produjera acero masivamente. En ese sentido, Mao decretó que China se convirtiera en un Estado productor de acero y hierro, por lo que se construyeron decenas de millones de pequeños hornos en todo el país.
A pesar de la intención de esta iniciativa, en la práctica, casi todo el metal que salía de aquellos hornos era inutilizable. Según Donald B. Wagner, investigador principal del Instituto Nórdico de Estudios Asiáticos, se establecieron cuatro tipos de hornos y:
“La mayoría de los altos hornos más pequeños fueron alimentados con carbón vegetal y aumentar su producción necesariamente conducía a la destrucción del medio ambiente. Y aquellos que usaban carbón mineral producían con mayor frecuencia hierro fundido con un alto contenido de azufre; esto podría usarse en fundiciones, pero no podría convertirse en hierro forjado o acero utilizable.”

(Hornos traseros en funcionamiento durante el Gran Salto Adelante. Fuente: 魏德忠)
Junto con el Gran Salto Adelante, se lanzó otra campaña dirigida contra los “principales enemigos del campesinado”: la Campaña de las Cuatro Plagas. Esta campaña consistió en la eliminación sistemática de mosquitos y moscas, por transmitir enfermedades. También se buscó eliminar a roedores y gorriones, por “robar la comida del pueblo”.
(Video con imágenes impactantes de la campaña contra los gorriones)
A diferencia de los insectos y roedores, cuya eliminación es común, resulta particular la orden de exterminar a los gorriones considerados “enemigos de la revolución” por el régimen. Mao había calculado que cada gorrión comía 4.5 kilos de grano al año, por lo cual matando a un millón de estas aves se podría alimentar a 60 mil campesinos. En base a esto, dio la siguiente orden:
“Los gorriones son una de las peores plagas, son enemigos de la revolución, se comen nuestras cosechas, mátenlos. Ningún guerrero se retirará hasta erradicarlos, tenemos que perseverar con la tenacidad del revolucionario.”

(“Eliminando el último gorrión”, poster de la Campaña de las Cuatro Plagas. Fuente: birdingbeijing.com)
La peor hambruna de la historia
El Gran Salto Adelante ocasionó uno de los peores desastres humanitarios de la historia: una hambruna que provocó decenas de millones de muertos entre 1958 y 1961.
Veamos concretamente los errores que condujeron a esta tragedia. Para empezar, el forzar a los campesinos a abandonar sus formas tradicionales de vida, haciéndolos producir acero y construir obras de infraestructura, generó el descuido del campo. Esta movilización del campesinado en proyectos ajenos a la producción agrícola, sumada a la exportación excesiva del grano y a la también excesiva adquisición de este por parte del gobierno central y otros centros urbanos, afectó la disponibilidad de alimento en 1958, ocasionando dramáticos resultados.
“La gente ya no tenía nada que llevarse a la boca. Ya no tenían qué comer. Cuando ya no les quedaba nada, se comían los cuerpos de los que habían muerto hacía poco”.
-Testimonio de Chen Yizi, disidente del partido.
A la exportación masiva y las requisas se sumó la represión contra los que se opusieron, quienes fueron acusados de “acaparadores” culpables de los fracasos del régimen. De este modo, en las comunas populares se terminó trabajando más y comiendo peor. Pero esto no fue todo. Las ideas del agrónomo y biólogo soviético Trofim Lysenko influyeron en las medidas tomadas por Mao.
Aquello fue nefasto porque Lysenko prescribía que, de acuerdo con la “ley de vida de las especies”, los agricultores debían plantar las semillas de una misma clase muy juntas, ya que “no existe lucha intra específica, sino ayuda mutua entre los individuos de una misma especie”. El resultado fue que lo que se cultivó bajo los métodos de Lysenko murió o se pudrió.
“(…) mi familia tuvo que comer la corteza de los árboles de nísperos,(…) sí corteza de árbol, también se comían las raíces de los plataneros, cualquier cosa. La gente también comía barro, una especie de barro blanco y tallos de arroz. Pasamos tanta hambre que nos llenábamos el estomago con cualquier cosa que encontráramos”.
– Denh Shusheng, un testigo de la época.

(“La comuna es como un dragón gigantesco, la producción es notablemente impresionante”, poster de propaganda de 1959. Fuente: chineseposters.net)
A todo lo anterior, se sumó el exterminio de los gorriones comedores de grano, que generó la proliferación de parásitos que afectaron aún más las cosechas, contribuyendo aún más al hambre. Hubo casos de canibalismo y de situaciones en las que los padres intercambian a sus hijos para comérselos.
“Voy a contarles una historia real. Un marido le dijo a su mujer: ‘si todos tratamos de sobrevivir, nadie lo conseguirá. Voy a darte mi comida y cuando yo muera quiero que te comas mi cuerpo y que críes a nuestro hijo”.
– Testimonio de Chen Yizi, disidente del partido.
“Delante de mi vista, entre las malas hierbas, surgió de pronto una escena que me habían contado durante un banquete: la de familias que intercambiaban entre ellas a sus hijos para comérselos. Distinguí con toda claridad el rostro afligido de los padres masticando la carne de aquellos niños que les habían dado a cambio de los suyos”.
– Testimonio de Wei Jingsheng, disidente chino y antiguo miembro de la Guardia Roja.
Por su parte, las obras hidráulicas fueron hechas deprisa y mal coordinadas unas con otras, por lo que resultaron inútiles. Según Margolin, en Henan murieron 10 mil de cada 60 mil trabajadores de una obra. Con respecto al desarrollo del acero, Donald B. Wagner señala que, si bien la campaña comenzó como un intento razonable de salir del estancamiento económico mediante el establecimiento de plantas industriales pequeñas, los resultados fueron un fiasco por lo ambicioso.
Así, la producción metalúrgica en los patios traseros fue “completamente tonta, pero duró solo un par de meses y no tuvo consecuencias importantes”. Esto al margen de los otros métodos de producción. Ahora bien, para Wagner, el Gran Salto Adelante, en lo que a desarrollo de hierro y acero se refiere, si bien no fue un éxito, tampoco fue la catástrofe de la que a menudo se habla.
Finalmente, y lo más importante, ¿cuántas vidas costó el Gran Salto Adelante? Veamos. El régimen chino culpó en gran medida a una serie de desastres naturales ocurridos entre 1958 y 1962. Sin embargo, de acuerdo con Margolin, los años 1954 y 1980 fueron “meteorológicamente mucho más perturbadores” sin que se produzca una tragedia de las magnitudes que venimos analizando. Así pues, según este autor:
“Que el hambre fue de esencia política queda demostrado por la concentración de una grandísima parte de la mortalidad en las provincias dirigidas por los maoístas radicales, cuando en tiempos normales eran más bien exportadoras de grano: Sichuan, Henan, Anhui (…)”
Asimismo, este autor señala que, para el conjunto del país, la mortalidad saltó de 11 por cada mil habitantes en 1957 a 15 por cada mil en los años 1959 y 1961. La mortalidad, sin embargo, fue mayor en 1960, cuando alcanzó las 29 personas por cada mil habitantes. Asimismo, la natalidad bajó de 33 por cada mil en 1957 a 18 por cada mil en 1961.
Ahora bien, concretamente, ¿cuántos seres humanos murieron en el Gran Salto Adelante? No es posible tener una cifra exacta porque estas varían y el régimen culpa principalmente a los desastres naturales. Sin embargo, lo que es indiscutible es que se trató de decenas de millones de seres humanos.
De acuerdo con la Enciclopedia Britannica, se estima que entre 1959 y 1962 murieron de hambre unas 20 millones de personas. Frente a esta cifra, hay historiadores que señalan que las víctimas fueron casi 30 millones de chinos. Por otro lado, el investigador chino Yang Jisheng señala que murieron 36 millones de personas y que no nacieron 40 millones de niños. Por su parte, Frank Dikötter, autor de “La gran hambruna en la china de Mao”, establece una cifra más alta: 45 millones de muertos.
El impacto poblacional de la “gran hambruna” fue tan drástico que sus consecuencias son notorias incluso si analizamos la tasa anual de crecimiento poblacional de todo el planeta. Según datos de la Oficina del Censo de los Estados Unidos, durante los años del Gran Salto Adelante el mundo pasó de tener un crecimiento poblacional anual mayor al 1.9% a uno inferior al 1.4%. En el siguiente gráfico podemos ver la magnitud de este descenso:

Los efectos políticos de la «gran hambruna»
El desastre del Gran Salto Adelante generó que Mao fuera desplazado del poder por Liu Shaoqi. Antes de ello, en abril de 1959, Liu Shaoqi había asumido el cargo de presidente de la República Popular China en reemplazo de Mao, quien lo consideraba su sucesor. A pesar de dejar la presidencia en el 59, el “Gran Timonel” se mantenía como presidente del Partido Comunista, posición que, en regímenes en los que el partido gobernante está fusionado con el Estado, es de gravital relevancia. Sin embargo, en 1962 Liu Shaoqi y su segundo, el futuro líder de la República Popular China, Deng Xiaoping, se impusieron a Mao y lo relegaron a un papel meramente simbólico, poniendo fin al Gran Salto Adelante.

(Liu Shaoqi, presidente de la RPCh entre 1959 y 1968. Fuente: chineseposters.net)
Frente a esta situación, y viendo el deslinde que el entonces líder soviético Nikita Kruschev había hecho con Stalin en la URSS, condenando los crímenes de su antiguo líder pocos años después de que este muriera, Mao planificó la forma de retomar el poder para evitar aquel destino. De este modo, urdió una nueva campaña: la Revolución Cultural y Proletaria (1966 – 1976).
Esta constituyó el retorno de Mao al poder y la represión de quienes lo habían desplazado, empezando por Liu Shaoqi, quien murió encarcelado. Aunque con menos muertos que el Gran Salto Adelante, la Revolución Cultural y Proletaria también fue una campaña con una gran cantidad de víctimas y que tuvo una importante repercusión en el mundo; sin embargo, este tema corresponde a otro informe.