Por: Enterarse
Equipo de investigación
Desde la tercera semana de abril, medios comoThe Economist y Financial Times han intentado conocer el impacto real del COVID-19 comparando el exceso de mortalidad durante la pandemia con las cifras oficiales de fallecidos por esta enfermedad. Financial Times encontró que en 14 países el número de muertes por el nuevo coronavirus puede ser hasta un 60% mayor que lo indicado por los gobiernos debido a que existiría un subregistro de las muertes por COVID-19.
El método aplicado se puede explicar de manera sencilla: si, en comparación con los años anteriores, en el 2020 se han producido más muertes y este exceso no puede ser explicado por los reportes oficiales de fallecidos por COVID-19 en cada país, entonces es posible que haya un subregistro de muertes a causa del nuevo coronavirus. O también de enfermedades que no están pudiendo ser atendidas durante la pandemia por la saturación de los servicios de salud u otras causas.
Intentamos replicar esta metodología para analizar cómo han variado las muertes en el Perú durante la crisis del COVID-19, pero encontramos diferentes problemas con el manejo de los datos: conocer el número de fallecidos anual o mensual en el Perú es difícil. Veamos por qué.
- Durante la actual pandemia, medios como The Economist y Financial Times han intentado conocer el impacto del COVID-19 comparando el exceso de mortalidad en este periodo con las cifras oficiales de fallecidos por esta enfermedad.
- La metodología utilizada consistió en encontrar si, en comparación con los años anteriores, en el 2020 se han producido más muertes. Si existe este excedente y no puede ser explicado por los reportes oficiales de fallecidos por COVID-19, entonces es posible que haya un subregistro de muertes a causa del nuevo coronavirus.
- Al intentar replicar la metodología para analizar el caso de Perú, se encontraron problemas con el manejo de datos.
- Primero, el INEI, la fuente que reporta el total de muertes registradas en el Perú con base en información del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC), no brinda un acceso integral ni actualizado de datos. Por tanto, no se puede saber con base a sus publicaciones si este año hay un mayor número de fallecidos frente a los anteriores ni si la mayoría de decesos está relacionada con el COVID-19.
- En segundo lugar, aunque existe una plataforma con información actualizada (el Sistema Informático Nacional de Defunciones), esta solo tiene registrada una parte del total de muertes en el Perú. Por consiguiente, utilizar esta fuente no brindaría un panorama real de la mortalidad en el país. Además, este sistema solo permite conocer las causas de muertes violentas.
- Un grupo de investigadores peruanos intentó replicar la metodología de The Economist y The Financial Times utilizando como fuente el SINADEF. Sin embargo, el análisis no es preciso debido a que la información de esta plataforma tiene un subregistro.
- Al 2018, el SINADEF solo reportaba el 75% de las muertes que registró el RENIEC. No conocemos cuál es el subregistro para el 2019 o el 2020 porque no hay publicaciones actualizadas del INEI.
El primer problema con el que nos topamos es la inexistencia de información actualizada en los reportes del INEI.
En noviembre del 2019, esta institución publicó su informe Perú: Natalidad, Mortalidad y Nupcialidad, 2018, en el que mostraba cuántas muertes se habían producido anualmente hasta el 2018 en el Perú. El INEI no realiza por su cuenta el conteo de defunciones, sino que reporta los números que le entrega el RENIEC.
El problema con esta fuente para analizar el exceso de mortalidad en el Perú en el contexto del COVID-19 es que está desactualizada. Es decir, no nos dice cuántas muertes se han producido en el 2020 ni en el 2019. Por tanto, no podemos saber con base en ella si este año hay un mayor número de fallecidos frente a los anteriores.
Además, el INEI no cuenta con una plataforma única y actualizada que muestre información sobre las causas de las muertes ni cómo las defunciones evolucionan mes a mes. Cabe resaltar que tampoco cuenta con un sistema único que permita obtener datos sobre los decesos reportados por RENIEC a lo largo de los años (edad, estado civil y otros).
Nuestra segunda opción era, entonces, el Sistema Informático Nacional de Defunciones (SINADEF).
El Sistema Informático Nacional de Defunciones es reciente: empezó a funcionar en el 2016 y se trata de una plataforma virtual manejada por el Ministerio de Salud que busca obtener un registro más rápido y preciso de las defunciones. A través de este sistema, los médicos pueden registrar los datos de los fallecidos y las causas de las muertes en línea. Una vez consignada la información, se tramita el certificado de defunción y posteriormente se remite la información al RENIEC. La información a la que se puede acceder en línea se actualiza diariamente.
En el gráfico de abajo podemos ver cómo funciona el registro en el SINADEF:
Si bien esta plataforma permite que se genere un registro automático de las defunciones, aún, en algunos lugares, los médicos elaboran el acta de manera manual y se envían a un punto de digitación.
(Fuente de la imagen: "Resultados preliminares del fortalecimiento del Sistema Informático Nacional de Defunciones", Vargas-Herrera, Javier et al.)
Entonces, ¿el SINADEF es una fuente de información confiable para lo que buscábamos hacer? No exactamente.
La primera señal de alerta es que el número de defunciones que reporta el SINADEF para los años 2017 y 2018 es por mucho menor que el mostrado por el INEI con base en las cifras del RENIEC. A nivel nacional, para el año 2018, el SINADEF reportó el 75% del número total de muertes que reportó el INEI. En el cuadro de abajo se pueden ver las discrepancias entre el SINADEF y el INEI a nivel regional y nacional.
No obstante, el porcentaje del subregistro del SINADEF respecto al INEI se ha reducido, como consta en el cuadro. De hecho, este problema (y su mejora) ya había sido puesto sobre la mesa por investigadores de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la Universidad Cayetano Heredia, la Universidad de Melbourne y de la Iniciativa Bloomberg "Información para la salud".
En una publicación de la Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública, estos investigadores mostraron que el registro del SINADEF todavía era bastante menor al del INEI. Para julio del 2018, el último mes de análisis de esta investigación, el SINADEF reportaba el 49.2% de las defunciones por mes estimadas por el INEI. Esto se relaciona con la falta de uso de la plataforma, es decir, la cobertura.
Como podemos ver, existe una brecha entre lo que presenta el INEI (información del RENIEC) y lo que reporta el SINADEF. Si bien el SINADEF ha logrado mejorar su cobertura y representa el 75% del total de muertes registradas, aún no se puede utilizar la plataforma como la principal fuente de información para identificar la mortalidad en el país. En los departamentos de Amazonas, Cajamarca, Loreto y Pasco, este sistema aún tiene limitaciones, pues presenta la mitad de las muertes que ocurren realmente, según el INEI.
Entonces, si en este momento quisiéramos saber cuántas muertes se han registrado en el país, no podríamos saberlo con precisión. Basarnos solo en lo que muestra el SINADEF nos alejaría de la realidad debido a que esta plataforma tiene un subregistro con respecto al total de muertes en el país registradas por INEI/RENIEC.
Además, otro problema tiene que ver con las causas de las muertes. El SINADEF cuenta con un portal en el que se puede diferenciar el total de defunciones por el sexo, la edad, el estado civil y el lugar de residencia de los fallecidos. No obstante, esta plataforma solo nos permite diferenciar las muertes por causas violentas, las demás se encuentran como causas no externas. Desde el 2017 hasta el 2020, más del 93% del total de defunciones se registró como causas no externas. En otras palabras, el SINADEF no nos dice realmente por qué mueren los peruanos.
El problema de la información inadecuada sobre las causas de fallecimientos en el Perú no es nueva. De hecho, un estudio del 2010 reportó que Perú, junto a Omán, Egipto y Georgia, es parte de los países que tienen más de 45% de sus causas de muerte con código "basura". En otras palabras, son causas de defunción "mal definidas o poco útiles".
A modo de conclusión, podemos decir que no sabemos a ciencia cierta cuántos peruanos han fallecido en el 2019 y el 2020. Tampoco tenemos conocimiento sobre si el subregistro del SINADEF se ha reducido o no durante el 2019 y el 2020.
La fuente que cuenta con el registro del total de defunciones, el INEI, presenta información dispersa y desactualizada. Por su parte, la plataforma que sí muestra datos actualizados, el Sistema Informático Nacional de Defunciones (SINADEF), no permite diferenciar con precisión las causas de las muertes en el país y además tiene un subregistro importante. Esto evidencia la ausencia de un sistema de gestión de información adecuado y transparente.
De acuerdo con el SINADEF, el 2019 se registraron 115,914 defunciones en el Perú. Esta cifra es muy similar a la del 2018, cuando esta entidad reportó 114,508 fallecidos. Para el 2020 no se tiene todavía la información completa. Sin embargo, al 18 de mayo del 2019 el SINADEF reporta 51,510 defunciones. Estas cifras, como hemos visto, no son plenamente confiables debido a que el SINADEF tiene un problema de subregistro importante. Es posible que las defunciones para el 2019 y el 2020 registradas por el SINADEF terminen siendo menores a los números que próximamente publicará el INEI
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la información sobre mortalidad resulta necesaria para que se puedan implementar políticas que tomen en cuenta las condiciones de salud, nivel de vida y acceso a servicios de salud en un país. Conocer esta información es clave para que las decisiones se realicen en función de lo que realmente necesita la población y se utilicen los recursos de manera eficiente.
La organización señala que en caso se requiera proponer una legislación para enfrentar una enfermedad o problema de salud específico, se necesita evidencia para sustentarla y abordarla de manera adecuada. Por ejemplo, se debe medir la frecuencia de muertes que se han ocasionado por una enfermedad para saber su impacto real en la población. Además, con el manejo de datos se podría identificar la relación entre esa mortalidad y los factores sociodemográficos que han influido en el problema de salud. Conocer las causas de las defunciones en el Perú nos ayudaría a distribuir los recursos públicos de mejor manera.
Un grupo de investigadores peruanos intentó replicar la metodología de The Economist y Financial Times para estimar hasta cuántas personas podrían haber muerto realmente por COVID-19. En un artículo publicado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), los autores señalaron que en Lima, departamento que registra mayor cantidad de casos y muertes por COVID-19, hubo un exceso de mortalidad en abril que podría sugerir que la cantidad de defunciones por el nuevo coronavirus es mayor a lo reportado por el gobierno.
Estos autores se basan en los datos del SINADEF, entidad que en el 2018 tuvo un subregistro de defunciones del 65% para Lima (no sabemos de cuánto es actualmente). Tomando las cifras históricas para enero, febrero, marzo y abril, proyectaron cuántas muertes deberían haberse producido en Lima si es que se seguía la misma tendencia de los últimos años. Su conclusión fue que la cifra de fallecidos por COVID-19 de abril podría ser hasta 4.4 veces mayor que la reportada por el gobierno.
(Fuente del gráfico: "Coronavirus: mortalidad en Lima podría ser cuatro veces mayor que las cifras confirmadas", Carrasco, Manuel et al)
Si bien la metodología de este estudio es la misma que se ha utilizado para calcular el exceso de mortalidad en otros países, los resultados obtenidos no necesariamente son precisos. ¿Por qué? Como hemos explicado, existe una brecha entre lo que reporta el SINADEF y el INEI, por lo que utilizar los datos de esta plataforma puede darnos un panorama distinto a la realidad.
Para poder determinar el exceso de mortalidad a nivel nacional convendría utilizar las cifras del INEI porque este reporta el total de muertes registradas en el país. Lastimosamente, estas cifras no existen para los años 2019 y 2020.
Si recurrimos solo a los datos del SINADEF para realizar ese cálculo, las estimaciones no serían adecuadas. Lo que obtendríamos sería el excedente de las cantidades reportadas, no del total de muertes ocurridas.
¿Podemos saber cuántas muertes hay realmente por COVID-19? Si bien durante esta emergencia sanitaria es complicado saber cuántas muertes ocurren en tiempo real, el sistema de registro se encuentra en condiciones en las que es aún más difícil lograrlo. Como hemos mencionado, no contamos con un sistema de gestión de información adecuado.
Por un lado, el INEI no brinda un acceso integral ni actualizado a los datos sobre defunciones. Por el otro, aunque el SINADEF muestra datos actualizados, las muertes están subregistradas si las comparamos con el INEI. Además, esta plataforma no nos permite diferenciar las causas de muertes no violentas, por lo que carece de un dato de suma importancia para la elaboración de políticas públicas.