¿Cómo apareció el lenguaje?

por 25 Nov, 2020

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Fuente: Wikipedia

No hay duda de que los seres humanos hemos conseguido hacer cosas que, para la mayoría de especies de nuestro planeta, son imposibles. No solo hemos construido ciudades y llegado a la Luna, también hemos vencido enfermedades mortales como la viruela. El frío y el hambre, situaciones mortales para la mayoría de especies de la Tierra, han dejado de ser problemas para millones de seres humanos. Todos estos grandes logros tienen algo en común: no serían posibles si el lenguaje no existiera.

Sin el lenguaje, no habríamos podido transmitir los conocimientos necesarios de ingeniería o arquitectura para construir pueblos o ciudades. Sin el lenguaje no habría medicina, ni tecnología avanzada, ni ciencia; que han sido fundamentales para evitar las hambrunas. Pero ¿cómo así los seres humanos desarrollamos el lenguaje? ¿Lo inventaron nuestros antepasados homínidos? ¿Es una característica que se desarrolló por selección natural? ¿Por qué solo los seres humanos lo tenemos? A continuación, intentaremos responder estas preguntas.

Resumen
  • El lenguaje es más que una simple colección de palabras. Además de estas, tiene sistemas de reglas que nos permiten usarlas para formar una infinidad de oraciones.
  • Podemos decir que hay cuatro grandes tipos de teorías acerca del origen del lenguaje.
  • Dos sostienen que el lenguaje es aprendido. De estos dos, uno sostiene que es un producto cultural, mientras que el otro sostiene que fue mejorando por medio de la evolución.
  • Los otros dos grupos sostienen que el lenguaje no es aprendido, sino que es innato. Uno de ellos sostiene que solo los seres humanos lo desarrollaron, mientras que el otro postula que podemos rastrear su evolución en otras especies.
  • Estos dos últimos grupos de teorías aseveran que el lenguaje no solo es comunicación, sino una manera de procesar la información.
¿Qué es el lenguaje?

Intuitivamente, todos sabemos qué es el lenguaje. Sin embargo, una vez que se nos pide una definición precisa, todo se vuelve más complicado. ¿Son las palabras que proferimos? No necesariamente, pues existen lenguajes sin palabras propiamente dichas (el lenguaje de señas, por ejemplo). ¿Son las reglas con las que usamos las palabras? No necesariamente, porque sin palabras o signos no habría lenguaje. ¿Qué es, entonces, el lenguaje?

Según la Enciclopedia Británica, muchas definiciones han sido propuestas y cada una plantea una serie de preguntas. Por ejemplo, el estudioso de fonética y lenguaje Henry Sweet afirma que el “lenguaje es la expresión de ideas por medio de sonidos combinados en palabras. Las palabras son combinadas en oraciones y esta combinación corresponde a ideas en el pensamiento”.

Por otro lado, los lingüistas americanos Bernard Bloch y George Trager afirman que “un lenguaje es un sistema arbitrario de símbolos vocales por el cual un grupo social coopera”. Vemos entonces dos definiciones muy distintas: una hace énfasis en el pensamiento, mientras que otra en la cooperación social. Así como estas, existen más definiciones.

Sin embargo, con respecto al lenguaje, uno puede decir lo siguiente: toda persona con características fisiológicas y mentales típicas adquiere en su niñez la habilidad de hacer uso de un sistema de comunicación que comprende una serie de símbolos (sonidos, gestos o caracteres escritos). Este sistema, además, puede ser usado para transmitir o recibir información, expresar sentimientos o emociones, influir sobre otros, mostrarse amigable u hostil, y más.

De hecho, como explica Steven Pinker, lingüista y científico cognitivo de la Universidad de Harvard, lo más impresionante del lenguaje es su poder expresivo: nos permite expresar desde la trama de una telenovela hasta las teorías sobre el origen del universo. Para todo ello usamos un conjunto de signos lingüísticos memorizados: las palabras. Las palabras están constituidas por la unión de una señal, como un sonido, con un concepto compartido por los hablantes. Así, la palabra ‘perro’ no camina, ni ladra, ni muerde. Pero, si pronunciamos el sonido que corresponde a la palabra ‘perro’, todo hablante del español conectará esta señal con la idea de un perro.

Sin embargo, el lenguaje no es una simple lista de palabras. Más bien, como afirma Pinker, dentro de la cabeza de todo hablante hay una serie de reglas que nos permiten combinar palabras para expresar distintos pensamientos. A esto se le llama gramática.

Según Pinker, la gramática tiene una serie de reglas que pueden categorizarse por subsistemas. Por ejemplo, tiene la sintaxis, que nos permite combinar palabras en frases y frases en oraciones. Una de las reglas de la sintaxis es el orden lineal, que hace posible distinguir el significado de estas dos frases:

Ambas oraciones tienen las mismas palabras, pero entendemos un significado distinto por el orden que tienen.

Otro subsistema es la morfología que, según Pinker, se refiere a las reglas que permiten armar palabras combinando otras palabras o partes de palabras. Por ejemplo, no es lo mismo decir “estudio”, que “estudié”. Una está en presente, mientras que la otra en pasado. Sin embargo, solo cambiamos una letra. En español, esto usualmente lo hacemos con los verbos, pero en otros idiomas, como el latín, esto es más extremo.

En el ejemplo de arriba vemos dos oraciones con exactamente las mismas palabras, pero en diferente orden. Intuitivamente, uno podría pensar que 1. significa que el perro muerde al hombre, mientras que 2. significa que el hombre muerde al perro. Sin embargo, esto no es así debido a cómo están construidas las palabras.

La partícula s en “canis”, indica que la palabra está en nominativo; es decir, que es el sujeto de la oración. Por otro lado, la partícula em en “hominem” indica que es el objeto directo del verbo. Es decir, “hominem” es el predicado. Por lo tanto, independientemente del orden, ambas significan “El perro muerde al hombre”.

En esencia, podemos decir que el lenguaje comprende un conjunto de signos y reglas que nos permiten comunicarnos. Los signos son, por ejemplo, “perro” o “silla”. Cuando leemos “perro” o “silla” inmediatamente pensamos en una idea (o significado) que otros hablantes del español también comparten. Además, también tenemos reglas que nos permiten combinar múltiples signos para expresar ideas complejas como qué sentimos o alguna teoría científica. Pero ¿cuál es el origen del lenguaje?

Las teorías acerca del origen del lenguaje

Ahora que hemos visto qué es el lenguaje, podemos entrar a la materia de este informe: ¿cómo se originó? Como explica el profesor asociado emérito de la Universidad de Copenhagen, Ib Ulbaek, dos tipos de teorías dominan la discusión sobre el origen del lenguaje. Podríamos llamarlas aproximación continua y discontinua del lenguaje.

En simple, la aproximación continua del lenguaje sostiene que el lenguaje es un gran sistema que no pudo desarrollarse de la nada y busca predecesores de este en otros animales. La posición contraria, la discontinua, sostiene que el lenguaje es único entre todos los sistemas de comunicación. Es decir, su origen no se encuentra en otros animales ni en nuestros ancestros homínidos.

En palabras de Noam Chomsky, lingüista de la Universidad de Arizona, decir que hay continuidad entre el lenguaje humano y el de las abejas, por ejemplo, es como decir que hay desarrollo evolutivo de respirar a caminar. Según él, el lenguaje es algo específico solo de los seres humanos y en nuestra mente hay un módulo, algo así como un órgano, que se encarga de él.

Cabe resaltar que la postura discontinua no niega la evolución (puedes ver nuestro informe sobre la evidencia de la evolución aquí). Sin embargo, sostiene que el lenguaje se desarrolló en nuestra misma especie (el homo sapiens) por una mutación o por accidente y no lo podremos encontrar en otras especies antecesoras, mientras que la postura continua sostiene que el lenguaje debió irse desarrollando también en otras especies, poco a poco, hasta llegar a la nuestra. Ambas posturas, además, sostienen que el lenguaje es innato: todos tenemos esta capacidad.

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En contraposición a que el lenguaje sea innato, posición que sostienen autores como Noam Chomsky y Steven Pinker, tenemos otras dos posturas menos influyentes que sostienen que el lenguaje no es innato, sino aprendido: los culturalistas y los conductistas (como los llama Ulbaek). De ellas, el culturalismo sostiene que el lenguaje es específicamente humano, mientras que el conductismo sostiene que hay una continuidad entre el lenguaje humano y otras formas de comunicación en otras especies. Ulbaek propone la siguiente tabla para comprender con mayor facilidad las diferentes posturas sobre el lenguaje.

Como vemos en la tabla, podemos encontrar cuatro categorías de teorías sobre el lenguaje. Las dos más importantes (I y II) sostienen que el lenguaje es innato, pero están en desacuerdo sobre cómo apareció: unos sostienen que hay continuidad con otras especies, mientras que los otros no. Las dos menos importantes (III y IV) sostienen que el lenguaje es aprendido y también tienen un desacuerdo sobre su continuidad. En las siguientes secciones explicaremos estas categorías, pero le daremos más peso a I y II, ya que son las más importantes.

Adquisición por aprendizaje

Un grupo de teorías acerca del origen del lenguaje afirma que este es aprendido. Un subconjunto de estas acepta, además, que podemos rastrear la evolución del lenguaje en otras especies. Estas son las teorías que hemos clasificado como conductistas. Según Ulbaek, estas tuvieron prominencia durante los 70 y 80 y fueron soportadas por experimentos realizados en simios; principalmente chimpancés.

En estos experimentos, se les enseñó a estos animales distintas formas de lenguajes no hablados. Si bien ellos no hablan en su hábitat natural, tienen una mente capaz de aprender símbolos. Por medio de lenguajes de señas, los chimpancés pueden simbolizar estados de cosas tanto externos (situaciones del mundo), como internas (emociones), y además pueden comunicarlos a los investigadores e incluso a otros chimpancés.

La idea es que el lenguaje, si bien no es innato, como en el caso de los chimpancés, puede ser aprendido por algunas especies y en especial por los seres humanos.

Por otro lado, el culturalismo, si bien acepta que el lenguaje es aprendido, rechaza la idea de que haya evolucionado en otras especies hasta llegar a nosotros hasta llegar a nosotros. Un representante de esta postura es Niels Engelsted, psicólogo de la Universidad de Copenhagen. Según Engelsted, en algún momento hace aproximadamente un millón de años, en África, un grupo de homínidos se vio en la necesidad de inventar algo nuevo para responder a alguna crisis: este sería el origen del lenguaje.

Engelsted no rechaza la evolución, pero cree que el lenguaje se asemeja más a un producto cultural como la rueda, que a un producto evolutivo, como caminar en dos piernas. Como él explica, la selección natural va convirtiendo a los animales en especialistas. Por ejemplo, un animal adopta un comportamiento que le permite sobrevivir a él y a su descendencia y poco a poco la selección natural pule este hábito hasta volver a la especie experta en este.

Según Engelsted esto sucedió con el lenguaje. En algún momento, un problema hizo que nuestros antepasados se vieran obligados a usar palabras. Aún no había lenguaje; solo signos. Pero, a través de los años, la selección natural fue puliendo nuestro cerebro para convertirnos en especialistas en esta nueva herramienta. No obstante, su origen no es la selección natural, sino que fue un producto cultural, que eventualmente la selección natural mejoró.

El lenguaje como habilidad innata única de los humanos

Veamos ahora las teorías más influyentes. Empecemos con las que creen que el lenguaje es innato a los seres humanos, pero que no hay continuidad evolutiva con otras especies. El más prominente de sus defensores es Noam Chomsky, uno de los lingüistas más importantes de nuestra época. En simple, esta postura sostiene que el lenguaje no es aprendido, sino que es innato y que, además, es una habilidad que tienen solo los seres humanos.

El siguiente paper de diversos autores (entre ellos Chomsky), explica las razones a favor de esta postura. Primero, los autores sostienen que, si bien el lenguaje usualmente es identificado con el concepto de “comunicación” (algo que también tienen otros animales), en realidad debe entenderse como un sistema cognitivo computacional. En otras palabras, si bien puede servir para comunicar cosas, esta no es su función. El lenguaje es un mecanismo cognitivo; es la forma en que nuestra mente procesa la información.

En segundo lugar, según los autores, este sistema cognitivo tiene una estructura sintáctica, como vimos más arriba. Esta estructura sintáctica se caracteriza por una operación muy simple llamada combinación. La combinación toma dos elementos (a y b) y los junta para formar un conjunto. Esta simple operación, sostienen los autores, es suficiente para explicar la mayoría de las sintaxis de los lenguajes humanos. Veamos un ejemplo de ella.

Como vemos, con la sola operación de combinar podemos formar oraciones completas. Los autores explican que no se ha encontrado evidencia de un sistema de sintaxis como este en ninguna especie no humana. De esta manera, si entendemos al lenguaje humano, no como comunicación, sino como la forma en que procesa información nuestra mente, entonces esta sería una característica específicamente humana.

Según los autores, usualmente se piensa que la evolución es algo que sucede gradualmente por millones de años. Sin embargo, ellos afirman que la evidencia actual apunta a que los cambios evolutivos pueden ser rápidos, incluso en algunos miles de años. De esta manera, el desarrollo del lenguaje puede haber ocurrido en las mismas poblaciones humanas.

¿Tenemos evidencia de ello? Según los autores, hay evidencia de que el pensamiento simbólico apareció recientemente, hace unos 100 mil años. Como te contamos en un informe anterior, el homo sapiens apareció hace 200 mil años, por lo que el lenguaje habría aparecido incluso después que nuestra especie. De esta manera, no sería algo que vino desarrollándose a lo largo de la historia de varias especies, como sostienen los que apoyan la continuidad, sino que es un fenómeno que apareció en nosotros.

El lenguaje como habilidad que se fue desarrollando en varias especies

Esta postura también sostiene que el lenguaje es innato. Sin embargo, sostiene que su evolución no es algo que sucedió en los humanos solamente, sino que ya se venía gestando en otras especies. Esta postura es sostenida por estudiosos como Steven Pinker y Ib Ulbaek.

Para Ulbaek, por ejemplo, el lenguaje evolucionó de la cognición animal (la forma en que otros animales procesan información) y no de la comunicación animal (la forma en que transmiten información). Ahí yace la continuidad evolutiva. No es que un sistema de comunicación primitivo fue perfeccionándose hasta que apareció nuestro lenguaje tal y como lo conocemos. Por ejemplo, no es el caso de que un sistema comunicativo, como el canto de las ballenas o los gritos de los simios, fue cambiando hasta que aparecieron las palabras y las reglas gramaticales. En realidad, el lenguaje que conocemos con sus palabras y reglas es una consecuencia de la evolución de sistemas cognitivos que ya existían en otros animales y en nuestros antecesores. Así, este se fue perfeccionando y la comunicación es solo una consecuencia de este que apareció después con nosotros. En otras palabras, primero evolucionó la cognición y luego se desarrolló la comunicación tal y como la conocemos ahora.

Como él explica, los animales no son simplemente máquinas que se guían por instintos. Posiblemente algunos sí lo sean, pero otros también son capaces de pensar. Tomemos, por ejemplo, a los simios. En primer lugar, estos no solo usan herramientas, sino que, como nosotros, también las fabrican. Por ejemplo, abren nueces usando piedras planas como yunques y piedras redondas como martillos. También son capaces de aprender cosas a través de la imitación. Un grupo puede aprender a trepar rápidamente escaleras o a lavar papas por imitación.

Pero, aparte de todas estas habilidades, los simios también tienen inteligencia social. No solo viven en sociedades jerárquicas donde cada uno sabe su lugar y el lugar de otros, sino que también son capaces de mentir o fingir intencionalmente. Por último, tienen la capacidad de tener teorías de la mente.

¿Qué es una teoría de la mente? En simple, es la capacidad de teorizar sobre otras mentes. Esto es capturado por expresiones como las siguientes:

Las oraciones anteriores capturan la idea de teorizar sobre otras mentes. Todas implican atribuir estados mentales (deseos, emociones, creencias, etc.) a otros. Por ejemplo, en la primera le atribuimos a alguien el deseo de una taza de café. Las siguientes afirmaciones implican teorías de la mente más complejas en donde asumimos que otra persona atribuye estados mentales a otras personas.

En el caso de los simios, los chimpancés tienen la capacidad de tener teorías de la mente. Por ejemplo, Sarah, un chimpancé, es capaz de ver un video de una persona resolviendo un problema y luego ella resolver el problema con la herramienta correcta. El experimento está hecho de tal manera que ella tendría que atribuir estados mentales a la persona del video, para comprender que está resolviendo un problema. Luego, ella puede darse cuenta de que se encuentra en la misma situación y elegir la herramienta indicada.

De esta manera, Ulbaek sostiene lo siguiente. En algún momento del pasado, aproximadamente hace unos 6 u 8 millones de años, existió un primate que fue el ancestro común entre los seres humanos y los simios modernos. Este ancestro, no obstante, ya tenía diversas facultades cognitivas. Con el tiempo, algunos individuos de la especie de nuestro ancestro común evolucionaron y apareció el linaje de los simios mientras que otros evolucionaron para convertirse en nosotros. En el caso de los simios, su cerebro cambió muy poco, mientras que en nuestro caso muchas cosas cambiaron en esos millones de años, permitiendo que desarrollemos el lenguaje tal como lo conocemos.

Hasta aquí hemos visto cómo pudo haberse originado el lenguaje, una de nuestras características más distintivas. El debate sobre el origen del lenguaje, sin embargo, no está cerrado y los académicos todavía siguen debatiendo cómo es que los seres humanos desarrollamos esta capacidad. Aún más, existe otra pregunta importante que todavía no hemos visto: ¿para qué apareció el lenguaje? ¿Cuál es o era su finalidad? Esta pregunta la contestaremos en este siguiente informe.

Equipo de Investigación

Área de investigación de Enterarse.com

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