Pruebas COVID-19: ¿Cuáles existen y para qué sirven?

por 5 Abr, 2021

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Foto: Reuters

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la adecuada identificación de personas infectadas por el nuevo coronavirus, denominado SARS-CoV-2, permite que los gobiernos puedan aplicar medidas para frenar las cadenas de contagio y reducir su propagación. Para esta tarea, es necesario identificar a las personas infectadas mediante pruebas de diagnóstico.

Actualmente, las personas pueden acceder a estas pruebas a través del Estado o de empresas privadas. Sin embargo, ¿estamos suficientemente informados sobre las pruebas de diagnóstico del nuevo coronavirus?

Resumen
  • De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), existen dos tipos de prueba para el diagnóstico del COVID-19: las pruebas virales y las de anticuerpos (también llamadas serológicas).
  • Mientras que las pruebas virales permiten diagnosticar una infección activa, las pruebas serológicas buscan detectar los anticuerpos que desarrolla toda persona que ha tenido una infección.
  • Las pruebas serológicas no deben usarse para diagnosticar una infección en curso.
  • Las pruebas virales tienen dos subtipos: las pruebas de ARN (también conocidas como moleculares o RT-PCR) y las pruebas de antígeno. No se recomienda usar estas últimas en el caso de personas asintomáticas.
  • Las pruebas RT-PCR son las más precisas y se recomienda realizarlas entre cinco y siete días después de la posible exposición al virus.
  • Las personas infectadas por el virus SARS-CoV-2 pueden ser sintomáticas o asintomáticas. Toda persona infectada con el virus puede contagiar a otras.
¿Qué tipos de pruebas existen para detectar al nuevo coronavirus?

La pandemia del COVID-19 ha generado un cambio en el estilo de vida de las personas en todo el mundo, además de cientos de miles de muertes entre el 2020 y el 2021. Ante esta situación, muchos científicos y autoridades se han preguntado cómo reducir y controlar la propagación del nuevo coronavirus. De acuerdo con Our World in Data (OWD), proyecto de investigación alojado en la Universidad de Oxford, muchos países han adoptado medidas como el uso obligatorio de mascarillas, distanciamiento físico y cuarentenas con el fin de detener la propagación de la enfermedad. Adicionalmente, han fomentado y garantizado el uso de pruebas para detectar infecciones (activas y pasadas) por el SARS-CoV-2.

Pero ¿qué tipos de prueba existen? De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las pruebas diagnósticas pueden detectar al virus (detectando su ARN o antígenos virales) o detectar la respuesta inmunitaria del cuerpo humano a la infección (anticuerpos). En ese sentido, es importante que las personas y las instituciones que proveen dichas pruebas entiendan el propósito de estas para aplicarlas en el momento adecuado.

En línea con la OMS, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) afirman que existen dos tipos de prueba para la detección del COVID-19: las pruebas virales y las serológicas.

Las pruebas virales permiten detectar una infección activa (en curso) y, con ello, ayudan a los médicos a diagnosticar una infección por el nuevo coronavirus. También sirven para tomar medidas de protección hacia los demás, ya que, si tienes un resultado positivo en esta prueba, debes quedarte en casa en cuarentena por 14 días para evitar contagiar a otras personas. Ahora bien, las pruebas virales consisten en el análisis de la mucosa tomada de la nariz y/o boca de las personas. Existen dos subtipos de pruebas virales: las que buscan encontrar el material genético del virus (ARN) y las que buscan los antígenos virales.

En cuanto a las pruebas serológicas (llamadas en el Perú “pruebas rápidas”), estas consisten en el análisis de sangre tomada de las personas con el fin de detectar anticuerpos para determinar si hubo infección por coronavirus. Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmune para contrarrestar la infección y proteger al cuerpo humano. Estas pruebas no deben usarse para diagnosticar una infección activa por SARS-CoV-2.

En el siguiente cuadro encontramos información relevante sobre estas tres pruebas diagnósticas: 

Las etapas del COVID-19 y su relación con las pruebas

El COVID-19 es una enfermedad causada por un virus de la familia coronaviridae denominado SARS-CoV-2. De acuerdo con el Harvard Health Publishing de la Universidad de Harvard, el SARS-CoV-2 es un virus que contiene ácido ribonucleico (ARN) rodeado por una capa protectora que tiene una proteína denominada Spike en su superficie. Estas proteínas pueden adherirse a las células humanas. Cuando esto ocurre, el ARN del coronavirus (su material genético) ingresa a las células humanas y hace dos cosas: se empieza a replicar y produce proteínas. Todo esto permite que infecte a más células sanas. Mientras el virus se reproduce en el cuerpo humano, el sistema inmune lo identifica y, con el tiempo, genera una respuesta inmunológica que implica, entre otras cosas, anticuerpos.

Las personas infectadas por el virus SARS-CoV-2 pueden ser sintomáticas o asintomáticas. Esto quiere decir que pueden desarrollar síntomas (leves, moderados o severos) como fiebre, tos seca, dolor corporal, diarrea, entre otros, o no desarrollar ningún síntoma. Sin embargo, el hecho de que las personas sean asintomáticas no significa que no estén infectadas ni que no puedan transmitir el virus. Las personas asintomáticas sí pueden contagiar a las personas sanas mediante las gotículas o aerosoles que generan al hablar o respirar.

Pero ¿por qué es importante entender todo esto? Para saber cuándo es adecuado tomarse cada prueba. Según la OMSel tiempo medio en el que una persona infectada desarrolla síntomas es de 5 a 6 días desde que fue contagiada. Sin embargo, existen casos de personas que desarrollan síntomas al día siguiente o incluso 14 días después de la exposición al nuevo coronavirus. Se sabe, además, que la concentración del virus en las vías respiratorias es muy alta durante el periodo en el que empiezan a aparecer los primeros síntomas, pero que luego disminuye paulatinamente. Respecto a los anticuerposestos pueden aparecer al final de la primera semana del desarrollo de síntomas o varias semanas después. Por ello, no son fiables para detectar una infección en curso. 

Como veremos en las siguientes secciones, la precisión de cada una de las pruebas depende del momento en que estas se realicen pues con el correr de los días tanto la carga viral como la presencia de anticuerpos varía.

Pruebas RT-PCR o moleculares

Las pruebas de ARN son las que comúnmente se denominan “moleculares” o RT-PCR. Esta prueba busca identificar una infección por SARS-CoV-2 a través de su material genético. Para la evaluación de una muestra mediante una prueba molecular, se necesita extraer parte de la mucosa nasal y bucal mediante un hisopo, para luego realizarle un análisis en el laboratorio.

El proceso mediante el cual las pruebas moleculares detectan una infección por SARS-CoV-2 es complejo (puedes verlo en detalle aquí), pero en esencia consiste en lo siguiente. Primero, se toma una muestra del paciente. Segundo, se extrae el material genético (ARN) del posible coronavirus (en esta etapa aún no sabemos si dicho ARN pertenece al SARS-CoV-2). Tercero, el ARN es convertido en un laboratorio en ADN y el ADN es lo que permite finalmente identificar al virus.

De acuerdo con la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), las pruebas moleculares son muy seguras en cuanto a la seguridad de sus resultados. De hecho, en comparación con las pruebas de antígeno y las serológicas, las pruebas moleculares tienen mayor probabilidad de dar un resultado acertado. Por ello, son las más recomendables tanto para las personas sintomáticas como para asintomáticasSegún la Organización Panamericana de la Salud, las pruebas PCR pueden detectar el virus en una persona al menos 48 horas antes de que se presenten los síntomas y hasta 14 días después en muestras tomadas de la nariz o la orofaringe. Ahora, esto no quiere decir que si te haces una prueba RT-PCR en cualquier día de este lapso vayas a tener un resultado preciso.

Por ejemplo, un artículo publicado en el Annals of Internal Medicine halló que en el día previo al inicio de los síntomas del COVID-19 había un 67% de posibilidades de que las pruebas RT-PCR dieran un falso negativo. En el mismo día del inicio de los síntomas, la posibilidad de falsos negativos cayó a 38% y decreció hasta 20% a los tres días posteriores al inicio de los síntomas (o lo que es lo mismo: a los ocho días después de la exposición al virus). Al cuarto día del inicio de los síntomas, la probabilidad volvió a aumentar al 21%. Por supuesto, la posibilidad de falsos negativos puede ser menor o mayor dependiendo de la calidad de la prueba RT-PCR que uno se haga. Sin embargo, el MIT Medical no recomienda tomar decisiones sobre qué actividades hacer o a qué personas ver solo con base en un resultado negativo, ni siquiera de una prueba RT-PCR. La posibilidad de un falso positivo, por otro lado, es muy pequeña, por lo que un resultado positivo muestra casi con certeza que estás infectado. Con base en esta evidencia, el MIT Medical recomienda hacerse la prueba RT-PCR entre los cinco y siete días luego de la posible exposición al virus.

Prueba de antígenos


De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos
 (CDC), las pruebas de antígenos son inmunoensayos que detectan un antígeno viral específico. Esto quiere decir que tienen como objetivo detectar el antígeno de un virus determinado. En este caso, detectar el antígeno específico del SARS-–CoV-2, causante del COVID-19.

Ahora bien, los antígenos son aquellas sustancias que son parte del virus y que el cuerpo humano reconoce como cuerpos extraños. Actualmente, las pruebas antígeno pueden realizarse a partir de una muestra nasofaríngea o de frotis nasal que luego se coloca al reactivo de la prueba. Si el reactivo se activa, entonces diremos que los resultados de la prueba son positivos, por lo tanto que se ha identificado el antígeno específico.

(En algunos lugares como Países Bajos, las personas pueden comprar test de antígenos en las farmacias y realizárselos por sí mismos. Foto: Reuters)

En cuanto a tiempo, la mayoría de pruebas de antígenos pueden demorar en dar un resultado en 15 minutos. De acuerdo con los CDC, el rendimiento clínico de la prueba antígeno depende de ciertas circunstancias. Las pruebas antígenos funcionan mejor cuando la persona a la que se le hace la prueba se encuentra en el momento de mayor carga viral, es decir, cuando presenta síntomas asociados a la enfermedad del COVID-19.

En ese sentido, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) afirma que realizar una prueba de antígeno durante la fase en la que la persona presenta síntomas, y en la que la carga viral es muy alta, resulta muy útil para el diagnóstico de una enfermedad activa. Es por ello que se recomienda tomarlas cuando una persona que sospecha tener COVID-19 tiene los síntomas asociados con esta enfermedad (dolor de cabeza, fiebre, dolor corporal generalizado, entre otros).

No obstante, el ECDC señala que la mayoría de estas pruebas no son recomendables para utilizar en las personas que no tienen síntomas. Esto porque la posibilidad de un falso negativo aumenta en los asintomáticos. Adicionalmente, si tienes síntomas del COVID-19 y la prueba antígeno sale negativa, esto no significa que no haya contagio. Los CDC de los Estados Unidos señalan que los resultados negativos de las pruebas de antígeno para las personas sintomáticas deben ser confirmados por pruebas RT-PCR o moleculares. Todo esto bajo supervisión médica.

Pruebas serológicas

(Test serológico. Utiliza una muestra de sangre del paciente para detectar anticuerpos. Foto: Reuters)

Como hemos visto, las pruebas serológicas (llamadas “rápidas” en Perú) tienen por finalidad detectar los anticuerpos generados por nuestro organismo para combatir el COVID-19. Los CDC señalan que estas pruebas no deben usarse para diagnosticar una infección activa (en transcurso) por el virus del COVID-19.

Esto porque los anticuerpos pueden demorarse de 1 a 3 semanas en ser generados a causa de la infección, razón por la que una prueba serológica rápida, por ejemplo, no puede detectarlos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la presencia de anticuerpos en la sangre de una persona significa que estuvo infectada con el SARS-CoV-2, indistintamente de si ha tenido síntomas leves, moderados, graves, o que no haya padecido ninguno. Existe, sin embargo, la posibilidad de que una prueba serológica dé un resultado negativo no por una infección de SARS-CoV-2, sino de otro virus de la familia de los coronavirus. Si una persona se realiza este tipo de prueba y sale positiva, debe consultar con un médico sobre qué significa el resultado.

A pesar de sus limitaciones para detectar una infección activa, los CDC señalan que el muestreo sistemático mediante pruebas serológicas (anticuerpos) puede ser de gran ayuda para que las autoridades entiendan mejor la situación del brote epidémico.

¿En qué momento es conveniente hacerse una prueba serológica? Según la OMS, los estudios sugieren que la mayoría de las personas desarrollan anticuerpos a partir de la segunda semana desde que se iniciaron los síntomas.

Lo que las pruebas serológicas reconocen es la inmunoglobulina, que son un grupo de varios tipos de anticuerpos concentrados en la sangre y producidos por el sistema inmunológico para combatir la enfermedad. Existen varios tipos de inmunoglobulina, pero ––específicamente–– las pruebas serológicas que diagnostican que una persona padeció de COVID-19 son dos: IgG e IgM.

De acuerdo con la OMS, se sabe que este tipo de pruebas es más sensible a personas con síntomas más graves que a los que presentan síntomas leves y en los asintomáticos. Por ello, la institución advierte que ––bajo ninguna circunstancia–– este tipo de pruebas sean sustituto de las pruebas virológicas “al momento de orientar actividades de localización de contagios y gestión clínica”.

Adicionalmente, si una persona da positivo en una prueba serológica no significa que tenga inmunidad permanente contra un futuro contagio, pues aún no se sabe por cuánto tiempo permanecen los anticuerpos en la sangre.

¿Qué son los falsos positivos y negativos?

De acuerdo con un artículo publicado por la PhD en Microbiología e Inmunobiología de la Universidad de Harvard, Katherine J. Wu, los falsos positivos identifican erróneamente a personas sanas como si estuvieran infectadas por el virus. Pero ¿cuáles son los factores que permiten que se dé como resultado un falso positivo o un falso negativo? La autora menciona que los motivos pueden ser que la prueba esté contaminada o que no cumpla con los estándares de calidad requeridos.

Sin embargo, como mencionamos anteriormente, una prueba puede dar un falso negativo si se toma a una persona que no cumple con las condiciones para determinada prueba. Por ejemplo, de acuerdo con el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), si una persona infectada del virus SARS-CoV-2 presenta síntomas y se encuentra en la segunda semana luego de su primer contacto con el virus, será un candidato ideal para la prueba de antígenos. Sin embargo, una persona asintomática que crea que puede estar contaminada con dicho virus, porque ha estado en contacto con otra que tiene un resultado positivo en alguna prueba, no es el candidato ideal para tomarse la prueba de antígenos. Como se mencionó anteriormente, el candidato ideal es aquel que presenta la sintomatología (tos, dolor muscular, estornudos, entre otros).

¿Cuándo deberíamos tomarnos una prueba?

Es importante reconocer qué tipo de prueba se acomoda mejor a las condiciones de cada persona, en caso tenga la necesidad de tomarse una para detectar una enfermedad activa o una enfermedad pasada.

En primer lugar, los CDC señalan cuatro causas para considerar tomar una prueba viral (de preferencia PCR):

  • Si tienes síntomas relacionados.
  • Si tienes o has tenido contacto directo (menos de 1.8 metros de distancia, más de 15 minutos de interacción) con una persona que ha dado positivo en una prueba de detección.
  • Si se ha participado de actividades de alto riesgo, como viajes, atención a varias personas, encontrarse con muchas personas en lugares cerrados, entre otros.
  • Si te han solicitado (por el trabajo o por el médico) que te hagan alguna prueba de detección.

Adicionalmente, los ECDC señalan que se debe realizar pruebas a todos los contactos cercanos de los casos confirmados. Algunas de las situaciones que los ECDC consideran como «contacto cercano» son las siguientes

  • Vivir en el mismo hogar que un caso confirmado.
  • Tener contacto físico (apretón de manos, por ejemplo) con un contagiado.
  • Tener contacto directo sin protección con las secreciones de una persona con COVID-19.
  • Tener contacto cara a cara con un contagiado a menos de dos metros y por más de 15 minutos.
  • Estar en un ambiente cerrado (aula de clase, sala de espera de un hospital, por ejemplo) con una persona contagiada por más de 15 minutos o a menos de dos metros.
¿Qué recomendación debemos seguir si alguna de estas pruebas nos da como resultado positivo?

Los CDC recomiendan una serie de medidas que una persona puede tomar si sabe que está infectado de COVID-19.

La primera recomendación es que la persona debe de quedarse en su casa, a menos que sea para recibir atención médica (si fuese necesaria). Durante este primer momento, los CDC recomiendan seguir las recomendaciones médicas (en cuanto a medicación y/o tratamientos), así como mantenerse muy bien hidratado.

La segunda recomendación es aislarse físicamente de los demás miembros de la familia de la casa en la que viven. Adicionalmente, menciona que si por algún motivo tienes que salir de tu cuarto, uses una mascarilla para reducir el riesgo de contagio.

La tercera recomendación es monitorear tus síntomas (fiebre, saturación, entre otros), para poder reportarlas de manera adecuada cuando tengas que acudir a tu siguiente consulta médica. Sin embargo, también menciona que hay que tener en cuenta que pueden haber algunos signos de alerta en cuanto a la aparición de dolor persistente en el pecho, incapacidad para respirar, dedos morados o azules, así como letargo o sensación de confusión. En ese caso, vale la pena llamar inmediatamente a un médico o a un centro de salud inmediatamente.

Finalmente, es importante tener en cuenta que hay que tener los ambientes siempre ventilados y muy limpios, para reducir el riesgo de contagio mediante aerosoles.

Equipo de Investigación

Área de investigación de Enterarse.com

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