¿Dónde se originaron las lenguas quechuas?

por 4 May, 2021

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Foto: John Carter Brown library

Como vimos en un informe anterior, el quechua, antes que una lengua homogénea, es una familia lingüística con variaciones muy importantes que se expande a lo largo de Sudamérica. A pesar de que existen millones de quechuahablantes alrededor del mundo, todavía hay mitos difundidos sobre su origen. Uno de ellos es que era la lengua primigenia de los incas. Las investigaciones actuales, sin embargo, nos revelan un panorama bastante diferente. ¿Dónde se originó esta familia lingüística? ¿Qué dicen los estudiosos contemporáneos? En el siguiente informe trataremos de resolver estas preguntas. 

Resumen
  • El quechua tuvo tres momentos de expansión: uno pre inca, uno incaico y otro colonial. 
  • Existen dos hipótesis principales sobre el lugar de origen del quechua. Una plantea que se originó en el Cuzco y otra en la zona centro norte del Perú.
  • La hipótesis del origen cuzqueño presenta varios problemas. La zona sur del Perú no presenta la diversidad de dialectos quechua esperada en el foco originario de expansión y la información de los cronistas tempranos la desmiente como cuna de la lengua. 
  • La hipótesis más aceptada es que esta lengua se originó en la zona centro norte del Perú. Propiamente, las zonas de Áncash, Huánuco, Pasco, Junín y sierra norte de Lima. La amplia variedad de dialectos, la fuerte toponimia quechua y la información histórica y mitológica lo sugieren así.
Tres momentos de expansión

Para empezar, debemos recordar que, como vimos en un informe anterior, cuando hablamos del quechua no nos estamos refiriendo a una única lengua, sino a una familia lingüística con un origen común y similitudes gramaticales. Así, existe más de una lengua quechua a lo largo de Sudamérica. Todo esto lo puedes ver en el informe ¿Qué es el quechua y de dónde proviene el nombre de esta familia lingüística?

Ahora bien, en la actualidad se sostiene que el quechua tuvo tres momentos de expansión importantes: un momento pre-inca, otro incaico y, finalmente, uno colonial

El primero se habría dado en el denominado “Horizonte temprano” (1500 antes de Cristo a 200 a.C) y estuvo vinculado a la zona actual del quechua central (también llamado quechua I). Esto es, las zonas de Áncash, Huánuco, Pasco, Junín y sierra norte de Lima. Su presencia se relaciona, además, con la cultura Chavín, cuyos miembros hablaban una versión “primigenia” de esta lengua. Durante este primer momento de expansión, esta versión primigenia del quechua se habría topado con la lengua aimara traída por la cultura Huari, en su fase llamada Chaquipampa, desde el sur de los Andes. Este encuentro ocurrió entre los años 600 y 800 d.C. y se infiere por el alto número de nombres de lugares en aimara en dichos territorios. Ejemplos de ello son los términos “huarochirí” (observado en la sierra central) y “pampachiri” (observado en la sierra sur), “el que hace andenes” y “el que allana la tierra”, respectivamente, valores atribuidos a la divinidad Huari.

El segundo momento de expansión ocurrió alrededor de mil años después, durante el imperio incaico. Un punto importante a tener en cuenta es que los incas no siempre hablaron quechua. De hecho, según señala el lingüista y profesor de la PUCP, Rodolfo Cerrón Palomino, antes de adoptar este idioma tenían como lengua oficial el aimara. Durante su etapa imperial, sin embargo, habrían adoptado un tipo de quechua que ya se hablaba en el territorio andino: esta era la lengua chinchay o del chinchaysuyo, asociada con el señorío de Chincha de la costa peruana, un territorio regido por una figura visible que administraba y repartía justicia, muy similar a la estructuras medievales a los ojos de los españoles. Este señorío tuvo su auge entre los años 1100 d.C. y 1460 d.C. Este momento de expansión de la variedad quechua adoptada por los incas iría desde el gobierno de Huayna Cápac, ubicado entre los años 1481 d.C y 1523 d.C, hasta la llegada de los españoles. 

Los incas, siendo hablantes de aimara, primero conquistaron este señorío en la época de Pachacutec (de 1420 d.C a 1477 d.C aproximadamente); luego, el señorío Chincha fue asimilado al imperio bajo el gobierno de Túpac Yupanqui, dejándole cierta autonomía frente a otros reinos sometidos. Ya en la época de Huayna Cápac, los incas aprendieron el quechua chinchaysuyo para la administración y los negocios. Es decir, consolidaron los territorios del señorío de Chincha, usaron la lengua ya difundida y, además, la expandieron rumbo al norte y al este, principalmente. Ya las regiones del sur, como Cuzco, Ayacucho y Puno, estaban incorporadas al imperio incaico para ese entonces. 

Es interesante mencionar que esta alianza étnica aparece retratada en la captura de Atahualpa por parte de los españoles, cuando no solo encontraron al Inca en andas, sino, junto a él, también al señor de Chincha. 

En tercer lugar, con los españoles ya en el territorio, está la expansión de la época colonial, asociada con una fuerte campaña de evangelizaciónEsta campaña tuvo dos caminos: el primero, llevado a cabo por los franciscanos, usó una versión de quechua estandarizada (por los españoles) para evangelizar en el espacio andino. Los franciscanos asumieron que, siendo una lengua originaria de este territorio, sería más fácil de entender por los habitantes nativos. El segundo, practicado por los jesuitas, fue aprender las lenguas nativas para impartir la doctrina. Quizá lo más llamativo de esta época, como lo menciona el historiador peruano Franklin Pease, es la temprana interpretación de figuras de la religión andina a la luz de la doctrina cristiana.

Todo esto nos muestra que el quechua tuvo dinámicos procesos de expansión por el antiguo Perú. Sin embargo, queda por precisar un punto: ¿dónde se originó este idioma? Hay dos hipótesis principales en la actualidad. La primera, que cuenta aún con amplia difusión, señala que se originó en el Cuzco. La segunda, en el territorio que corresponde a la sierra centro norte de nuestro territorio.

¿El quechua se originó en el Cuzco?

Esta hipótesis postula que el lugar de origen de esta lengua es el Cuzco. El fuerte prestigio de la capital del imperio supuso considerarlo como el lugar del quechua originario. Esta perspectiva refleja, además, un modelo europeo de conquista e implantación cultural: interpreta que la lengua se fue imponiendo conforme avanzaba el dominio incaico en territorio andino, en una dirección de sur a norte y hacia el altiplano. Visto así, las otras variedades de quechua, dispersas en el territorio andino, serían “corrupciones” de este quechua original. Esta idea fue defendida en la época colonial por el cronista Pedro Cieza de León y, en tiempos actuales, pero con matices, por el investigador John Rowe

Esta hipótesis presenta varios problemas. Revisaremos, primero, los problemas que surgen del examen lingüístico de esta propuesta; y luego, lo que nos dicen las crónicas sobre la misma. 

Por un lado, las lenguas cambian principalmente por el uso. Si este es prolongado en un territorio, presentarán una mayor fragmentación y diversidad entre sus variedades. Si la lengua es nueva en un lugar, la variación entre ellas será superficial y estaría atestiguando menos tiempo en dicho territorio. Pensemos en la Colonia temprana, por ejemplo, y la situación del español hablado en la península y el que se trajo a América: sin duda, el primero, tenía más variedades y rasgos que las distinguían entre sí que en el recién traído a este territorio. Esto porque tuvo más tiempo de uso en la península que en América. 

Así, las variedades del quechua que se hablan en la zona de Áncash, Junín y la sierra norte de Lima, denominado también quechua central o quechua I, nos advierten que esta zona es mejor candidata para fijar el origen de la lengua y no el sur. Es más, el grado de comprensión entre hablantes de las variedades nor centrales es reducido. Por el contrario, la zona sur andina del Perú y, propiamente, la zona del Cuzco y derredores, no presentan tanta diversidad entre sus variantes. Si uno revisa rápidamente las variedades del sur, principalmente la ayacuchana, cuzqueña y puneña, verá que las variaciones son principalmente en los sonidos y en algunos términos. Además, estos hablantes pueden entenderse entre ellos sin mayor problema. 

Por otro lado, tenemos la fuerte toponimia aimara. Es decir, los nombres de los lugares de dicha zona están en aimara. Incluso el propio nombre Cuzco tiene un origen aimara con el significado de “lechuza”. Es curioso, por no decir extraño, que si el Cuzco fuese la cuna de esta lengua, el nombre de dicho territorio esté en otra. 

La investigación documental nos deja más evidencia para descartar la hipótesis cuzqueña. Acá encontramos el análisis del cantar de Inca Túpac Yupanqui y el impulso de Huayna Cápac por cambiar la lengua del aimara al quechua. En primer lugar, como muestra Rodolfo Cerrón Palominio, existe fuerte evidencia de que los incas tenían una lengua utilizada solo por la élite, la lengua puquina, vestigio de los primeros incas provenientes del altiplano. La evidencia de esto se encuentra en los nombres de autoridades así como en los datos encontrados en el denominado cantar de Tupac Yupanqui, un canto fúnebre elaborado luego de su muerte, supuestamente por envenenamiento por parte de su esposa Chuqui Ocllo. Este cantar presenta, además de los vestigios del puquina en el léxico, una fuerte presencia del aimara en su gramática. Si se asume que es un canto de carácter popular, se puede inferir que debió haber estado en una lengua de difusión popular. Por lo tanto, corroboraría el uso del aimara en este momento de la historia del imperior incaico.

En segundo lugar, tenemos evidencia de que Huayna Cápac, hijo del inca mencionado, cambió el aimara por el quechua como lengua oficial del imperio. Fray Martín de Murúa, cronista colonial autor de la “Historia del Origen y Generalogía Real de los Reyes Ingas del Perú” de 1590, comenta que “A este ynga, Huaina Cápac se le atribuye haber mandado en toda la tierra se ablase la lengua Chinchaysuyo, que agora communmente se dize Quichua general, o del Cuzco por haber sido su madre Yunga, natural de Chincha”.

En esta cita no solo se puede advertir el paso del aimara al quechua, sino también qué variedad es la que se estaba adoptando: la variedad chinchaysuyo. Esta se hablaba en la costa central del Perú y estaría relacionada con el comercio terrestre y marítimo llevado a cabo por el señorío Chincha. Esta variedad del quechua se habría expandido por el norte, primero por medio de los chincha a Cajamarca y luego hacia Ecuador a través de los incas. Por el sur, primero por el valle de Chincha y luego por Ayacucho y Cuzco por acción del Tawantinsuyo. De esta manera, los incas habrían visto conveniente aprender esta lengua para aprovechar los vínculos ya establecidos por el señorío de Chincha y, por ello, habrían dejado el aimara como lengua principal. 

Esta variedad costeña sería, para Alfredo Torero, uno de los fundadores de la lingüística andina en el siglo XX, la denominada “lengua general” o “quichua”, mencionada en el informe anterior y documentada en parte por Fray Domingo de Santo Tomás. Para Cerrón Palomino y Alfredo Torero, esta variedad se transformaría, bajo influencia del aimara, en el dialecto ayacuchano y cuzqueño. Para Willem Adelaar, investigador del Centro para la Lingüística de la Universidad de Leiden, si bien acepta el vínculo entre el quechua ayacuchano como base del cuzqueño, su origen no sería la variedad costeña. Muchas de estas ideas, como se puede apreciar, siguen en debate.

Hipótesis del origen centro-norte del quechua

Esta hipótesis postula el origen del quechua en la zona centro norte del Perú. Esta es sin duda la hipótesis más aceptada en la actualidad porque supera los problemas de las anteriores. Plantea que el foco inicial del quechua estaba en los actuales territorios de Áncash, Huánuco, Pasco, Junín y la sierra norte de Lima. Las razones para postular esta zona como lugar de origen son la fuerte diversificación de dialectos, la fuerte toponimia quechua, las fuentes históricas y la información de los mitos.

En primer lugar, tenemos la fuerte variación dialectal en esta zona. Como señalamos en otro informe, un dialecto es una variación geográficamente determinada (el español de Lima, por ejemplo) de una lengua. En la zona centro norte del Perú no solo se encuentra una importante variedad de dialectos del quechua, sino que incluso se puede encontrar hablantes con poca comprensión entre ellos. Esto es un rasgo importante para identificar el foco de origen de una lengua o familia lingüística. Como mencionamos líneas atrás, evidencia un prolongado uso del quechua en estos territorios. No hay otra zona en el territorio andino que presente este panorama. 

En segundo lugar, no se encuentran vestigios de otras lenguas en la toponimia de la zona. Esto habla de un prolongado asentamiento de hablantes de quechua en dicho territorio. 

En tercer lugar, la información histórica es clara con los deslindes territoriales. Varios cronistas toman al valle del río Chillón, en el departamento de Lima, como una frontera étnica y lingüística anterior al expansionismo incaico. Así lo atestigua el Arzobispo Toribio de Mogrovejo al comentar que en Huaura, Huaral y Barranca se hablaba una lengua distinta al quechua, que se extendería desde Carabayllo hasta el Río Chicama por el norte, en un corredor pegado a la costa. La situación cambió cuando este arzobispo entró a la serranía de Áncash, donde atestiguó de manera explícita que sí se hablaba “la lengua de linga”. Asimismo, el cronista Bernabé Cobo mencionó este panorama lingüístico. Observó que los “naturales de Caraguayllo [Carabayllo] y sus términos eran de la una nación [de las dos etnias que habitaban en el valle de Lima, la otra era hablante del quechua y relacionada con el culto a Pachacámac], cuya lengua corre desde allí adelante por el corregimiento de Chancay y banda del septentrión”. Es decir, desde Carabayllo rumbo al norte, el quechua no era la lengua que se reconocía. Cerrón Palomino postula que la lengua a la que se hace mención es la denominada lengua pescadora o quingnam

(Corredor en la costa en el que se habría hablado la lengua pescadora o quingnam. Fuente: Gonzalo Solís Fonseca)

Con esta información se atestigua el establecimiento del quechua en la zona centro norte. Era tan evidente que era fácil reconocer su uso para ojos extranjeros y se identificaban pocas interferencias con otras lenguas nativas. Esta situación era distinta frente al panorama del sur donde se encuentra influencia de aimara sobre el quechua, por ejemplo.

En cuarto lugar, es importante tomar en cuenta los mitos de estas regiones porque respaldan la distinción antes mencionada. Aquí seguimos la idea según la cual un personaje de los relatos andinos estaría haciendo referencia a etnias completas. Para nuestro caso, es posible encontrar peleas entre el dios Con y Vichama contra la divinidad Pachacámac. Esto nos advierte de confrontaciones entre los valles norteños mencionados, hablantes de una lengua distinta al quechua, contra los territorios propios del dios de los temblores (Pachacámac), hablantes de quechua.

Panorama completo

Con lo revisado hasta ahora, podemos describir los momentos de origen y difusión del quechua. En primera instancia, el foco inicial de la lengua se ubicaría en las zonas de Áncash, Huánuco, Pasco, Junín y sierra norte de Lima, y puede vincularse con la cultura Chavín en el Horizonte Temprano (1200 a.C. al 200 a.C.). 

En un segundo momento, hacia el 800 d.C., esta variedad se dividiría en dos ramas: una se mantendría en la zona inicial, pero que por el uso prolongado y el aislamiento frente a otras variedades habría intensificado su diversificación interna y se constituirá en el quechua I; y otra que se dirigió hacia el sur y se convertiría luego en el quechua II. De esta segunda rama, tendríamos el quechua chinchaysuyo y las variantes de Cuzco, Ayacucho y Puno. Estas últimas adquieren las características que presentan hasta hoy por su contacto con el aimara previo en dichos territorios.

En tercer lugar, y ya en épocas del Intermedio Tardío, del 900 d.c. al 1450 d.c, el quechua habría alcanzado un fuerte impulso por las relaciones comerciales del señorío de Chincha, llegando hasta Ecuador por el norte y a Ayacucho y Cuzco por el sur en su momento de mayor expansión. Es hacia el final de este periodo que los incas adoptaron esta variedad por impulso de Huayna Cápac. Esto muestra que los incas usaron el quechua solo por 80 años. Antes de esto, hablaron puquina y, luego, aimara, como muestran las fuentes escritas, los nombres de autoridades y la toponimia. Desde la llegada de los españoles, el quechua adquiere curiosamente su máximo alcance y difusión al ser una herramienta importante para la evangelización. La versión de quechua que utilizan los religiosos es una variedad estandarizada que toma como base los dialectos sureños. Por ello, la fuerte difusión actual de los mismos.

Equipo de Investigación

Área de investigación de Enterarse.com

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