
Junto con la agricultura y la rueda, la escritura es uno de los inventos más grandes que ha producido la humanidad. La escritura no solo permitió a William Shakespeare escribir “Hamlet” y a J. R. R. Tolkien “El señor de los anillos”, sino que también nos permite transmitir el conocimiento a otras generaciones, realizar registros o contratos, y comunicarnos con personas al otro lado del mundo. Sin la escritura, la sociedad moderna no existiría. Pero ¿cómo apareció? Su invención fue un proceso largo y complejo, que pasó por muchas civilizaciones antes de perfeccionarse. A continuación, podrás leer su historia gracias a este gran invento.
Resumen
- El origen de la escritura se remonta a hace ocho mil años atrás. Distintas civilizaciones perfeccionaron los sistemas de escritura primitivos hasta que surgió el alfabeto que conocemos.
- El primer ancestro de la escritura fue un sistema de contabilidad desarrollado por los sumerios a base de fichas que representaban bienes.
- Este sistema de fichas evolucionó hasta ser un sistema de dibujos que representaban conceptos.
- El sistema se fue complejizando hasta que pudo representar sonidos o cadenas de sonidos mezclando distintos dibujos o símbolos.
- Eventualmente este sistema se diseminó a distintas civilizaciones que lo adaptaron a su idioma. Una de estas civilizaciones fue Egipto.
- El sistema egipcio fue tomado por los fenicios que desarrollaron un sistema consonántico (que solo tenía consonantes).
- Finalmente, el sistema fenicio fue tomado por los griegos que lo adaptaron e introdujeron las vocales.
- Este fue el primer alfabeto fue adoptado en Italia por la civilización etrusca. Los romanos lo tomaron de los etruscos y, después de modificarlo, lo diseminaron por todo Europa.
¿Qué es la escritura?
Lo primero que tenemos que tener claro es qué es la escritura. Según la Enciclopedia Británica, la escritura es una forma de comunicación humana que usa un conjunto de signos que representan nuestro lenguaje. Expliquemos esto un poco más a fondo.
Definir qué es el lenguaje puede ser sumamente complicado, como lo hemos visto en otro informe. Sin embargo, podríamos describirlo como un sistema de signos. Las palabras y oraciones representan pensamientos. Por ejemplo, las palabras «perro» y «dog» refieren a lo mismo: un perro. Cuando un hablante del español o del inglés escucha estas palabras, piensa en un perro. De esta manera, podemos describir al lenguaje como un sistema de signos. Desde su aparición, estos signos fueron por mucho tiempo solo signos verbales (el sonido “perro” hace referencia al can doméstico, por ejemplo), hasta la aparición de la escritura.
La escritura es una representación de estos signos verbales. Mientras que el lenguaje hablado es efímero (dura un instante mientras alguien lo escucha), el escrito permanece. Una vez que hayamos plasmado algo en un escrito, cualquier persona podrá leerlo en cualquier momento hasta que el medio en donde fue escrito sea destruido.

(Poema escrito por el artista chino Huang Tingjian. Foto: Wikimedia Commons)
Ahora, existen distintos sistemas de escritura como el alfabeto (el que estás usando para leer este informe) o el sistema de escritura del chino. Según Británica, a estos sistemas se les llama ortografías y son un conjunto de marcas visibles llamadas caracteres o grafemas. Por ejemplo, las letras a, b y c son grafemas. De la misma manera, las letras griegas como α, β y γ también lo son.
Como explica Británica, hay muchos tipos de ortografías. En cada uno de ellos, los grafemas pueden representar distintas cosas. Abajo, podemos conocer los distintos tipos de ortografías.
- Alfabético: cuando un grafema representa un fonema (un sonido de la lengua). Este es el que usamos nosotros. Así, por ejemplo, la letra “o” representa un sonido del español.
- Logográfico: cuando un grafema representa una unidad con significado, como una palabra entera o un morfema («anti», «pos», «pre», entre otros).
- Silábico: cuando un grafema representa una sílaba (como algunos símbolos de las letras chinas).
- Consonántico: cuando un grafema representa un segmento de una sílaba. En esencia, los sistemas de escritura consonánticos representan las consonantes de las sílabas pero no las vocales. Así, por ejemplo, en un sistema consonántico, la sílaba “pa” se representaría con un grafema que solo tome en cuenta a la “p” y no a la “a”.
Si bien existen ejemplos puros de estas ortografías, la mayoría de lenguas escritas combina distintas propiedades de diferentes tipos de ortografías. ¿Pero cómo apareció la escritura? Esta apareció independientemente en tres lugares distintos: en China, en Centroamérica y en el Oriente Próximo. En este informe nos centraremos en la última pues es la más relevante para los hablantes del español.
Los sumerios y la aparición de la escritura
Según la Biblioteca Británica, la mayoría de estudiosos concuerda en que las primeras formas de escritura aparecieron hace casi 5,500 años en Mesopotamia, en lo que hoy sería Irak. Como afirma Denise Schmandt-Besserat, profesora emérita de Arte y Estudios Orientales en la Universidad de Texas, estas primeras formas de escritura tuvieron un antecedente directo: un sistema sumerio (una civilización antigua) para registrar y hacer cuentas. Tenemos evidencia de que este existió hace ocho mil años. Los sumerios habrían modificado este sistema hasta volverlo un sistema de escritura.
Según Schmandt-Besserat, este sistema consistía en tokens o fichas geométricas de cerámica con diferentes formas: conos, esferas, discos, cilindros, etc. Los tokens eran usados como contadores para registrar cantidades de bienes. Así, por ejemplo, un cono y una esfera significaban, respectivamente, una pequeña y gran cantidad de grano. Por otro lado, un ovoide podía significar un tarro de aceite. Abajo podemos ver a la derecha algunas de estas fichas.

(Sobre de arcilla a la izquierda / Tokens a la derecha)
A diferencia del lenguaje hablado, para el que el orden de las palabras importa, los tokens podían estar distribuidos de cualquier manera y siempre significaban lo mismo. Así, tres conos y tres ovoides significaban tres canastas de grano y tres tarros de aceite. Gracias a que estas fichas hacían referencia directa a ciertos productos, su uso se extendió por buena parte del Oriente Próximo.
Tiempo después, alrededor del 3500 a.C (hace más de 5500 años) empezó la transición de simples fichas contadoras a una ortografía. Como explica Schmandt-Besserat, esto sucedió tanto en Sumeria como en Elam (otra civilización de la zona). En el mapa de abajo podemos ver donde se encontraban.

Según Schmandt-Besserat, esto podría haberse dado de la siguiente manera. En Sumeria y Elam se empezaron a registrar deudas de personas en sobres de arcilla. En estos sobres, se metían los tokens que representaban la deuda de una persona. Por ejemplo, si uno debía tres canastas de grano y tres tarros de aceite, se metían tres conos y tres ovoides.
El problema era que los sobres de arcilla no dejaban ver el contenido de la deuda. Así que uno estaba obligado a vaciarlo para ver cuánto debía la persona. Schmandt-Besserat explica que a algunas personas encargadas de la contabilidad se les ocurrió imprimir los tokens en la superficie de los sobres antes de cerrarlos. Con imprimir nos referimos a que se marcaba la cerámica con la ficha, tal que quedaba una hendidura con su forma. Si alguien quería verificar que lo impreso en la superficie del sobre fuese cierto, bastaba con abrirlo y ver directamente los tokens. Abajo podemos observar un sobre con impresiones en su superficie.

(Sobre de arcilla a la izquierda / Tokens a la derecha)
Posteriormente, las personas se dieron cuenta de que ya no necesitaban las tokens: uno simplemente podía imprimir una forma en la arcilla que representara los bienes. De esta manera, alrededor del 3200 a.C., se cambió el sistema de sobres con fichas por un sistema de tabletas marcadas. Abajo podemos ver una foto de ellas.

Según Schmandt-Besserat, estas marcas fueron los primeros signos de escritura, pues eran ideogramas: signos que representaban un concepto. Sin embargo, aún cada figura se refería a un objeto directamente. Un cono, por ejemplo, era solo una canasta de grano. Dos conos dos canastas y así respectivamente.
La aparición de un sistema logográfico
Cien años más tarde, alrededor del 3100 a.C., aparecieron en Sumeria las primeras pictografías: signos dibujados, en lugar de impresos. Según Schmandt-Besserat, estos signos fueron fundamentales para la evolución de la escritura porque ya no eran repetidos uno a uno en correspondencia con la cantidad de bienes. Antes, por ejemplo, tres tarros de aceite eran tres impresiones de conos; ahora, la pictografía de un tarro de aceite era independiente del número. Veamos la imagen de abajo.

Como se observa en la imagen, la tableta tiene tres círculos y conos impresos y un dibujo a la derecha. Según Schmandt-Besserat, esto significaba 33 tarros de aceite. El dibujo correspondía al concepto de aceite, mientras que las impresiones eran números: los círculos representaban decenas, mientras que las cuñas representaban unidades. Ahora las personas ya no necesitaban imprimir 33 símbolos para representar esta cantidad, sino que bastaba con unos siete.
Pero, además, esto marcaría la aparición de un lenguaje logográfico. Como explica la Enciclopedia Británica, durante esta época los sumerios utilizaron dibujos para representar cosas y gráficos geométricos para representar números. Era una ortografía principalmente para propósitos económicos y administrativos, y se estima que contenía alrededor de 1,200 caracteres. Podemos ver algunos de estos abajo.

Ahora, como explica Schmandt-Besserat, alrededor del año 3 mil a.C. aparecieron los primeros signos fonéticos. Según Británica, este fue el siguiente gran paso. ¿Pero qué quiere decir esto? Como hemos visto, hasta ahora los grafemas representaban unas cuantas cosas concretas y números. Sin embargo, la escritura desarrollada en Sumeria evolucionó y empezó a representar sonidos.
Podemos ayudarnos a imaginar esto con un caso de la vida cotidiana. A veces, nosotros usamos ciertos símbolos para representar sonidos. Por ejemplo, cuando escribimos informalmente, usamos el símbolo «2» y «x», para representar sonidos. Veamos el siguiente caso: «Uni2 x siempre». Si bien no es una forma «correcta» de escritura, es algo que todos podemos entender porque sabemos que el símbolo «2» remite al sonido «dos» y el símbolo «x» al sonido «por».
Algo similar hicieron los sumerios. Por ejemplo, empezaron a escribir nombres con signos que existían para representar otras cosas. El nombre sumerio “An da vida” se escribía de la siguiente manera: una estrella para representar a An, dios de los sumerios, más una flecha. La flecha era utilizada porque, en el idioma sumerio, sonaba igual que «vida». El verbo «da» (de dar) era inferido por quienes veían la estrella y la flecha. Así, la estrella y la flecha hacían referencia al nombre «An da vida».
Como afirma Schmandt-Besserat, el sumerio era un lenguaje monosilábico; es decir, las palabras por lo general eran de una sola sílaba. Por ello, para formar los nombres de manera fonética, era necesario agrupar varios logogramas para poder escribirlo, tal como el ejemplo del nombre “An da vida”.
Como explica la Biblioteca Británica, alrededor del 2900 a.C., los grafemas dejaron de ser dibujos y empezaron a tener una forma más convencional, tal como lo vemos en las imágenes de abajo. Este tipo de escritura se llamó cuneiforme, dado que los símbolos parecían estar hechos a base de cuñas. Asimismo, durante este periodo, cambió la forma de leer: pasó de leerse de arriba a abajo, para leerse de izquierda a derecha. Sin embargo, al suceder esto, los caracteres usados rotaron unos 90º grados.

(Foto: Bjørn Christian Tørrissen)
Como explica la Biblioteca Británica, para el 2340 a.C., la escritura cuneiforme se extendió hasta en 15 idiomas diferentes. Para esta época, el sistema había empezado a adoptar distintos signos fonéticos convirtiéndose en un sistema silábico que era capaz de expresar cualquier tópico humano: inscripciones reales, religiosas, magia y textos de literatura.

(Jeroglíficos egipcios en la tumba del faraón Seti I. Foto:Jon Bodsworth)
Una de las civilizaciones que había sido influenciada por esta escritura fue Egipto. Tenemos evidencia de escritura en Egipto incluso en el cuarto milenio a.C., perteneciente a inscripciones en tumbas de la realeza. Los griegos conocieron este tipo de escritura como jeroglíficos y nos pasaron su nombre. Estos jeroglíficos tenían una ortografía ya con signos fonéticos para transcribir nombres y otras palabras del idioma.
Sin embargo, los egipcios no usaron los grafemas sumerios para su escritura, sino que usaron símbolos propios. ¿Por qué? Porque los egipcios hablaban un idioma distinto y los símbolos que representan ciertos objetos para los sumerios no necesariamente servían para representar sonidos. Por ejemplo, en español, podemos usar el símbolo «2» para remitir al sonido «dos». Sin embargo, en inglés no se podría hacer eso, ya que para las personas de habla inglesa el símbolo «2» remite al sonido «two»; claramente distinto.
Ahora, según la Biblioteca Británica, este sistema fue sumamente importante porque de él apareció el primer alfabeto alrededor del año 1850 a.C.
La aparición del alfabeto
Según el lingüísta y profesor de la Universidad de Sussex, Geoffrey Sampson, probablemente todas las ortografías alfabéticas derivan de una única ortografía ancestral: el alfabeto semítico creado en el segundo milenio a.C. Posiblemente, este sistema de escritura fue creado por los fenicios, una civilización que habitaba la zona de Líbano. Abajo podemos ver un mapa de esta zona y las rutas de comercio de los fenicios.

Según la Enciclopedia Británica, si bien algunos estudiosos consideran al sistema de escritura semítica como un alfabeto, otros están en desacuerdo. La principal diferencia entre el sistema semítico y los alfabetos contemporáneos es que el primero no representaba los sonidos de las vocales. Pero ¿cómo era el sistema de escritura semítico?
Como explica la Biblioteca Británica, en una zona llamada “El Valle Terrible” se encontró un grafiti escrito por hablantes no nativos de egipcio. Estos habían tomado elementos de la escritura jeroglífica y la habían adaptado a sonidos en su propio lenguaje. Así, por ejemplo, habían usado el jeroglífico que representaba al agua y que equivalía al sonido de la n para los egipcios, para representar el sonido m. En la lengua egipcia, el primer sonido de la palabra agua era el sonido de la letra n, mientras que en la lengua de estos hablantes no nativos era el de la letra m. Así, ellos usaron el mismo símbolo de agua, pero para representar otro sonido. Eventualmente este símbolo se convirtió en nuestra letra M, que si nos fijamos, parece una serie de ondas.
Ahora, como explica Schmandt-Besserat, este sistema tenía solo 22 caracteres que representaban el primer sonido de ciertas palabras. Por ejemplo, la «a» era la cabeza de un buey, porque a estos se les conocía como «alpu». La letra «b» era una casa, por «betu». El hecho de que fueran pocos símbolos hacía, además, que sea más fácil de aprender. Sin embargo, este sistema tenía grafemas principalmente para las consonantes, pero no para las vocales.

Como explica la Enciclopedia Británica, la transición consonántica a un alfabeto completo que representaba tanto las consonantes como las vocales se dio cuando los griegos adaptaron el sistema semítico a su lenguaje. El griego, como el español y el inglés, es una lengua que usa bastante las vocales, a diferencia del lenguaje de los fenicios. Por ejemplo, la palabra «día» y «dio» se diferencian justamente por las vocales. Por ello, sería muy difícil interpretar textos escritos solo con caracteres para las consonantes.
En ese sentido, los griegos adaptaron la ortografía semita a su lenguaje alrededor del mil a.C. Según Británica, ellos tomaron algunas letras con sonidos que no se daban en su idioma para representar las vocales y así nació el primer alfabeto propiamente dicho. De hecho, el nombre alfabeto viene de las primeras dos letras de esta ortografía: alfa (α) y beta (β).
Luego, alrededor del 800 a.C., los griegos llevaron su alfabeto a Italia, donde la civilización etrusca lo adaptó a su idioma. Finalmente, los romanos desarrollaron su alfabeto influenciados por estos y los griegos. Este alfabeto se diseminó por toda Europa y es el que actualmente usamos.