
Las personas podemos tener percepciones erróneas sobre el mundo que nos rodea. Por ejemplo, pensar que por llover tendremos un mal día o sentir que las acciones de un amigo son ataques personales (aun cuando esto no es así). Esto se conoce como ilusiones o distorsiones cognitivas y son comunes en la mente humana. Sin embargo, en algunas personas las distorsiones cognitivas pueden ser mucho más extremas; es el caso de las personas con esquizofrenia. La esquizofrenia es grave y compleja debido a que implica una deteriorada relación con la realidad. A continuación, buscaremos explicar las características de este trastorno.
Resumen
- La esquizofrenia es una de las enfermedades mentales más graves, ya que distorsiona la realidad de la persona en muchos aspectos como el pensamiento, la percepción, las emociones, el lenguaje, el sentido del yo y la manera de comportarse y relacionarse con los demás.
- Este trastorno afecta a menos del 1% de la población mundial. En el 2017, se registró unos 20 millones de casos.
- La pérdida de contacto con la realidad, característica principal de la esquizofrenia, es conocida como psicosis.
- Los síntomas de la esquizofrenia incluyen alucinaciones, delirios, habla y comportamiento desorganizado y falta de motivación o placer.
- Las causas de este trastorno son múltiples e incluyen factores genéticos y ambientales. Tener un familiar con el trastorno es un importante factor de riesgo.
- Existen muchos estigmas y conceptos erróneos sobre el trastorno debido a su complejidad.
- Aunque involucra una discapacidad significativa, la esquizofrenia es tratable y se puede manejar con asistencia y apoyo en el hogar y el trabajo.
¿Qué es la esquizofrenia?
La esquizofrenia es un trastorno mental crónico y grave. Para los psicólogos James Butcher (Universidad de Minnesota), Jill Hooley (Universidad de Harvard) y Matthew Nock (Universidad de Harvard), autores del libro “Abnormal Psychology”, la esquizofrenia es la enfermedad mental más grave, ya que se caracteriza por generar deficiencias en muchos dominios que afectan la funcionalidad de la persona.
Por ejemplo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el trastorno se caracteriza por generar distorsiones en el pensamiento, en la percepción, en las emociones, en el lenguaje, en el sentido del yo y en la manera de relacionarse con los demás.
En particular, para Asociación Americana de Psiquiatría (APA, por sus siglas en inglés), cuando la esquizofrenia está activa, los síntomas pueden incluir alucinaciones (escuchar voces o ver cosas que no existen), delirios (creencias fijas y falsas), habla desorganizada, comportamiento desorganizado y catatónico (anormalidades en el comportamiento corporal) y síntomas negativos como afecto plano (no expresar emociones) o retraimiento social.
En el siguiente video de la universidad de Newcastle podemos ver ejemplificado el comportamiento catatónico:
El sello distintivo de la esquizofrenia es una pérdida significativa de contacto con la realidad, lo que se conoce como psicosis. De hecho, el DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) de la APA considera a la esquizofrenia como un espectro que va de la mano con otros desórdenes psicóticos. Cuando alguien experimenta un episodio psicótico, los pensamientos y las percepciones de la persona se alteran y el individuo puede tener dificultades para comprender qué es real y qué no.
Ahora bien, la esquizofrenia es tratable. La OMS indica que el tratamiento con medicamentos, terapia y apoyo psicosocial es eficaz. Pero, al igual que otras enfermedades crónicas, algunos pacientes evolucionan bastante bien mientras que otros continúan teniendo síntomas y necesitan apoyo y asistencia a lo largo de su vida. Aun así, según la APA, sí es posible llevar una vida muy productiva y gratificante con el tratamiento adecuado. Veamos ahora a quienes afecta.
Prevalencia, género y esperanza de vida
La esquizofrenia afecta a menos del 1% de la población mundial, exactamente entre el 0.2% y el 0.4%. Según Our World in Data (OWD), proyecto alojado en la Universidad de Oxford, en el 2017 había 20 millones de personas en el mundo con esquizofrenia.
La mayoría de los casos comienza al final de la adolescencia o al principio de la edad adulta, entre los 18 y los 30 años; el inicio antes de la adolescencia es raro. Con respecto al género, el número de hombres y mujeres es aproximadamente el mismo (alrededor de 10 millones en cada caso). Sin embargo, el trastorno comienza antes en los hombres que en las mujeres y sus síntomas varían significativamente. En general, según Butcher y coautores, los síntomas de la esquizofrenia tienden a ser más graves en los hombres y las mujeres tienen mejores resultados en el tratamiento a largo plazo.
Comparado con la población en general, las personas con esquizofrenia tienen un riesgo de muerte entre dos y tres veces más elevado. Por un lado la enfermedad se asocia con altas tasas de suicidio, por ejemplo, este meta análisis calculó que aproximadamente el 4.9% de personas con esquizofrenia mueren por suicidio. Además, en enfermedades mentales severas es común que concurran otros problemas de salud física. Por ejemplo, según la APA, la esquizofrenia concurre con enfermedades del corazón y diabetes.
Así, en todo el mundo se considera que la esquizofrenia genera una discapacidad considerable que afecta el desempeño en la educación o el trabajo.
Para la APA la complejidad de la enfermedad explicaría porque existen conceptos erróneos sobre esta. La esquizofrenia no significa personalidad dividida o múltiple (aunque “esquizo” venga del griego “dividir o agrietar”). Además, la mayoría de las personas con esquizofrenia no son más peligrosas o violentas que la población general. La mayoría vive con su familia, en hogares grupales o solas y no necesariamente están hospitalizados o desamparados. Veamos a continuación los síntomas de esta compleja enfermedad.
Síntomas
Los síntomas se suelen ordenar en tres categorías. Los síntomas positivos son aquellos que están presentes pero no deberían de estarlo. Por ejemplo, las alucinaciones y delirios, que son a menudo la razón por la que el paciente va al médico.
Por otro lado, los síntomas negativos son aquellos que eliminan comportamientos o procesos que se consideran normales, por ejemplo, una falta de expresión emocional o de placer, desmotivación y aislamiento social.
Finalmente, los síntomas desorganizados involucran pensamientos y habla confusos y desordenados, problemas con el pensamiento lógico y, a veces, comportamiento extraño o movimientos anormales (catatonía).
A continuación, explicaremos los cinco dominios característicos de la esquizofrenia según el DSM-5. Estos son los delirios, las alucinaciones, el habla y el comportamiento desorganizado y los síntomas negativos.
Comenzamos con los delirios, que son creencias erróneas que se mantienen fijas a pesar de la clara evidencia contradictoria. Los más comunes son los delirios persecutorios, es decir, creer que alguien o un grupo va a dañarlo, acosarlo, etc. Los delirios referenciales, es decir, creer que ciertos gestos, comentarios y señales ambientales están dirigidos a uno mismo, también son comunes. Por ejemplo, creer que la persona en la televisión está hablando especial y directamente hacia uno sería un delirio referencial.
También, se observan los delirios grandiosos, es decir, creer que se tiene habilidades, riqueza o fama excepcionales, y los delirios somáticos, que se centran en preocupaciones relacionadas con la salud y la función de los órganos.
Los delirios se clasifican como “extraños” cuando son claramente inverosímiles y no creíbles para personas del mismo entorno cultural que la persona. Por ejemplo, un delirio extraño sería creer que una fuerza externa ha extraído tus órganos internos y los ha reemplazado con otros sin dejar heridas o cicatrices. Un ejemplo de un delirio no extraño sería creer que estás bajo vigilancia policial, a pesar de la falta de pruebas convincentes. Ambos son delirios, pero uno tiene componentes imposibles.
Los delirios que expresan una pérdida de control sobre la mente o el cuerpo generalmente se consideran extraños. Estos incluyen la creencia de que los pensamientos de uno han sido «removidos» por alguna fuerza externa (retiro de pensamientos) o que se han puesto pensamientos extraños en la mente (inserción de pensamientos). Incluso se puede llegar a creer que el cuerpo y las acciones están siendo manipulados por una fuerza externa (delirios de control).
Ahora, no todas las personas que tienen delirios padecen esquizofrenia. Sin embargo, ocurren en más del 90% de pacientes esquizofrénicos en algún momento durante su enfermedad. A veces, los delirios no son solo creencias aisladas, también se convierten en un complejo sistema de múltiples delirios.
El siguiente síntoma que veremos son alucinaciones, definidas como experiencias sensoriales que le parecen reales a la persona que las padece, pero que ocurren sin un estímulo perceptivo externo. En simple, es la experiencia de oír, ver, oler, saborear o sentir cosas que no existen. Para las personas con esquizofrenia estas sensaciones son vívidas y claras. Las alucinaciones auditivas, es decir, escuchar voces, son las más comunes. Por ejemplo, suelen escuchar voces que lo insultan o le dicen qué hacer. Los pacientes también pueden ver cosas que otros no ven y que evidentemente no están ahí.
Cabe resaltar que tener una alucinación es muy diferente a percibir una ilusión, que es simplemente una percepción errónea de un estímulo que realmente existe y que cualquier persona puede experimentar. Podemos ver un caso de esto abajo.

(Las líneas horizontales son paralelas a pesar de que se vean no paralelas. Imagen: Wikimedia Commons)
Las alucinaciones suelen tener relevancia para el paciente en algún nivel afectivo, conceptual o conductual, tanto así que pueden llegar a involucrarse emocionalmente con sus alucinaciones incorporándolas a sus delirios (volverlas creencias fijas). En algunos casos, los pacientes pueden incluso actuar a partir de sus alucinaciones y hacer lo que las supuestas voces les dicen que hagan.
Por ejemplo, la película “Una mente brillante” cuenta la historia del matemático y Premio Nobel de Economía, John Nash, y su batalla con la esquizofrenia. Una de las alucinaciones de Nash era una pequeña niña con la cual se encariña bastante. Sin embargo, gracias a su capacidad cognitiva él a veces lograba distinguir entre la realidad y sus alucinaciones, algo difícil para la mayoría de pacientes. Él se percató de que la niña no crecía a pesar de que pasaban los años y así se dio cuenta de que era una alucinación.
Después, tenemos al comportamiento desorganizado, que puede manifestarse de diversas formas desde deambular sin rumbo, murmurar o reírse solo, hasta tener una apariencia extraña o una higiene personal muy descuidada. Por ejemplo, un paciente con catatonia puede mantener una postura inusual o incluso estar inmovil durante horas sin parecer incómodo.
Por otro lado, el habla desorganizada consta de hablar de forma incoherente o irrelevante a pesar de que las palabras y las combinaciones de palabras suenan comunicativas. No es producto de una menor inteligencia, mala educación o privación cultural. Generalmente, el oyente se queda con poca o ninguna comprensión del punto que el hablante está tratando de hacer. El paciente también puede inventar palabras y hacerlas pasar como existentes.
Por último, los síntomas negativos se refieren a, por ejemplo, una pérdida o disminución en la capacidad de iniciar planes o de tener motivación en general (conocida como abulia) una disminución del habla (conocido como alogia), del deseo de tener contacto social o de participar en las actividades diarias (conocido como asocialidad) y de experimentar placer (conocido como anhedonia). También, puede manifestarse en una marcada apatía o desconexión entre la emoción reportada y lo que muestra, como la expresión facial o el lenguaje corporal.
La esquizofrenia también afecta a la cognición, lo que genera problemas de atención, concentración y memoria, y una disminución del rendimiento educativo. A continuación veamos el caso de un paciente con esquizofrenia y sus particularidades.

Causas y factores de riesgo
En general, las causas de la esquizofrenia suelen ser multifactoriales. Los factores genéticos en interacción con los factores ambientales juegan un rol en el desarrollo y continuidad de la enfermedad. Los factores psicosociales también deben ser tomados en cuenta. Por ejemplo, para Butcher, la vida urbana, la inmigración y el consumo de cannabis durante la adolescencia aumentan el riesgo de desarrollar esquizofrenia.
Sin embargo, los factores genéticos son los más significativos; probablemente estén implicados muchos genes que contribuyen de manera pequeña en el desarrollo de la enfermedad. Por lo tanto, tener un familiar con el trastorno aumenta significativamente el riesgo de que una persona desarrolle esquizofrenia.
Otros factores que se han implicado en el desarrollo de la esquizofrenia incluyen la exposición prenatal a virus, complicaciones del embarazo y el parto, deficiencias nutricionales tempranas, estrés materno, inflamación materna y traumatismo craneoencefálico. También, las personas cuyos padres eran mayores (50 años o más) en el momento de su nacimiento tienen un riesgo elevado de desarrollar esquizofrenia al crecer, pero aún no se sabe exactamente por qué.
Tratamientos y estigma de la esquizofrenia
Para muchos, la esquizofrenia es un trastorno crónico que requiere tratamiento a largo plazo o institucionalización (el ingreso del paciente a un hospital o residencia). Sin embargo, según Butcher, cuando se trata con terapia y medicamentos, alrededor del 38% de los pacientes pueden mostrar una recuperación razonable. Esto no quiere decir que los pacientes regresen al lugar donde estaban antes del desarrollo de la enfermedad, pero sí que con medicamentos y terapia pueden funcionar adecuadamente.
Lamentablemente, la mayoría de las personas con esquizofrenia crónica carecen de acceso al tratamiento. Los costos de mantener una terapia y medicación constante son elevados. Por otro lado, tienen menor probabilidad de buscar atención que el resto de la población debido a la poca información y estigma que existe sobre esta enfermedad. Según la OMS, más del 69% de las personas con esquizofrenia no reciben la atención adecuada y el 90% de las personas con esquizofrenia no tratada vive en países de ingresos bajos y medianos.
La falta de acceso a los servicios de salud mental es un problema global importante. Para la OMS, los hospitales psiquiátricos de estilo antiguo no son efectivos para brindar el tratamiento que las personas con trastornos mentales necesitan hoy en día.
Por su parte, la APA enfatiza lo necesario e importante que es el compromiso de los familiares y de la comunidad en general para lograr sostener a la persona en su tratamiento y vida. Algunas cosas que recomienda la OMS para expandir y ayudar con la mejora del tratamiento y la reducción del estigma en países de bajos y medianos ingresos como el Perú son:
- Formación del personal de atención primaria de la salud.
- Proporcionar acceso a medicamentos esenciales.
- Apoyar a las familias en los cuidados en el hogar.
- Educar al público para reducir el estigma y la discriminación.
- Mejorar las habilidades para la vida independiente a través de intervenciones psicosociales orientadas a la recuperación (por ejemplo, entrenamiento en habilidades para la vida, entrenamiento en habilidades sociales) para personas con esquizofrenia y para sus familias y / o cuidadores.
- Facilitar la vida independiente, si es posible, o la vida asistida, la vivienda y el empleo con apoyo para las personas con esquizofrenia. Esto puede actuar como base para que las personas con esquizofrenia logren los objetivos de recuperación.